El derecho al olvido digital está relacionado con los datos, imágenes, post o videos que circulan en la red sobre una persona y que están en manos de terceros, de quienes dependería borrarlas porque las razones por las cuales fueron publicadas ya no son relevantes o violan sus derechos.
Desde 2014, en Europa, Google y otros buscadores deben eliminar los resultados de enlaces que violen los derechos de una persona sobre sus datos personales cuando esta persona lo solicite.
Esto podría ser aprovechado para aplicar una amnesia colectiva -aunque ya quedó claro que las investigaciones de los medios de comunicación estarían exentas de este olvido digital-, mientras que para otros, podría ser una salida importante para borrar de la red algunas huellas que vulneran su dignidad.
Debe tenerse en claro que las personas que ha sido víctimas de publicaciones íntimas por parte de terceros, ya están cobijadas por la ley y las políticas de los portales de búsqueda como Google y en las redes como Facebook y que, además, se sigue un protocolo de denuncia e investigación puesto que este tipo de publicaciones constituye un delito.
Se puede borrar la información?
Sí, es posible hacerlo, pero puede resultar un poco dispendioso y, en ocasiones, se debe contar con asesoría jurídica.
En la web es posible encontrar personas que le pueden ayudar con eso.
Manuel Moreno, director de Borrame.es explica que su empresa se dedica a resolver cada caso de manera particular y que algunos requieren “abogados especialistas en derecho de las nuevas tecnologías, así como informáticos especializados en seguridad”.
En otras ocasiones, el portal le ofrece información acerca de lo que puede hacer:
Google: puede solicitar al portal que retire su información personal confidencial, así como el número de una cuenta bancaria o una imagen de su firma manuscrita que puedan aparecer en los resultados de búsqueda.
Si quiere eliminar una foto, un enlace a un perfil o una página web de los resultados de búsqueda de Google, normalmente es necesario solicitar al propietario del sitio web (el webmaster) que elimine la información, ya que aunque Google elimine el sitio o la imagen de los resultados de búsqueda, la página web seguirá existiendo y podrá encontrarse a través de la URL que dirige al sitio, del uso de las redes sociales para compartir contenido y de otros motores de búsqueda.
Youtube: como este portal fue comprado por Google, el procedimiento es similar: si su información está en manos de otra persona, usted puede solicitar a Google que borre un video que vulnera su dignidad.
Facebook: usualmente este portal está bastante pendiente de lo que se publica en su red, así que brindan diversas posibilidades para que usted maneje su información: puede pedir a los administradores que borren contenido ofensivo con respecto a usted, que bloqueen a personas que hacen acoso cibernético, promueven la discriminación o el maltrato animal. También puede solicitarles que eliminen la cuenta de una persona fallecida y toda su información.
Instagram: los usuarios han reportado que contactarse con esta red puede ser un poco más difícil. Sin embargo, la mejor manera para solicitar que evalúen un caso de vulneración de datos es a través de su cuenta de Twitter. Deberá tener paciencia.
Twitter: si escribió un tuit que lo avergüenza, es importante que tenga en cuenta que puede borrarlo manualmente o desactivar su cuenta por un mes. Es al cabo de treinta días que sus tuits serán borrados definitivamente. De forma sencilla puede desactivar su cuenta o pedir su información personal, así como denunciar una suplantación o reportar por spam o acoso cibernético para que algunas cuentas sean suspendidas.
“La reputación siempre ha sido una preocupación, pero en estos días muchísimo más porque estamos en una puesta en escena permanente. Hoy todos tenemos los pies sucios en internet: nos toman fotografías o quedan textos nuestros en la red, así como contenidos generados en las redes sociales.
La pregunta es si todos nos preocupamos porque esa huella sea lo mejor posible. Posiblemente una persona que tenga una aspiración política o una carrera donde su nombre sería importante, estos rastros pueden afectar esta reputación.
Una persona que aplique a un cargo en una empresa, por ejemplo, podría ser que sea investigado por el reclutador de Recursos Humanos de la empresa y éste podría encontrarse con contenidos que no lo dejan bien parado.
En ese marco es que nace esta inquietud de la sociedad por ver cómo puede pedírsele a privados y a las autoridades ese derecho al olvido digital, que se borren esos resultados negativos en los portales de búsqueda.
Es muy posible que un proyecto de ley tenga éxito porque podría haber mucho lobby de parte de políticos que quieran que se borre ese historial, pero eso puede entrar en choque con la libertad de expresión de los medios de comunicación. Pero las primeras conversaciones quieren proteger eso: las historias de los medios sobre un determinado personaje serían exentas de ese borrado.
vanguardia
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