domingo, 11 de marzo de 2018

Efemérides: 10 de Marzo

Posted By: CLAUDIA CORIN - marzo 11, 2018

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1887 – Nace el académico y político ítaloargentino Roberto Giusti, que dirigiría la revista Nosotros y escribiría sobre la literatura nacional.

1918 – Se inaugura, organizado por el Automóvil Club Argentino, el primer Salón del Automóvil.

1944 – Edelmiro Julián Farrell asume de facto como Presidente de la Nación Argentina.

1950 – Nace el bluesman y rockero porteño Norberto Pappo Napolitano.

1993 – Se cancelan los servicios de larga distancia que todavía prestaba Ferrocarriles Argentinos.


NACIA PAPPO

Norberto Aníbal Napolitano, popularmente conocido como Pappo nacio en La Paternal, Buenos Aires, el 10 de marzo de 1950 y murio en un accidente en Luján, el 25 de febrero de 2005 fue un músico, guitarrista, cantante y compositor argentino. Tanto Pappo como Manal fueron los precursores del rock argentino, además, Pappo fue uno de los primeros en incursionar en el Heavy Metal en su país.

Es considerado ampliamente por varios músicos de su país y por prensa especializada, como el mejor guitarrista de rock de argentina, mientras que BB King lo estimo como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos.?

Fue integrante de importantes bandas de rock argentino como Los Abuelos de la Nada, Engranaje, Los Gatos, Carlos Bisso y su Conexión N°5 y La Pesada del Rock and Roll. Además fundó la banda de blues rock Pappo's Blues y de hard rock Aeroblus en la década de 1970 y la banda de heavy metal Riff en la década de 1980.

NACIA ZITARROSA

Alfredo Zitarrosa nacio en Montevideo, el 10 de marzo de 1936 y murio el 17 de enero de 1989 fue un cantautor, poeta, escritor y periodista uruguayo, considerado una de las figuras más destacadas de la música popular de su país y de toda América Latina. Se inició en las lides artísticas en 1954, como locutor de radio. Incursionó como presentador y animador, libretista e informativista, e incluso como actor de teatro. Fue también escritor, poeta y periodista. En esta última actividad, se destacó su labor en el semanario Marcha.

Debutó profesionalmente como cantor el 20 de febrero de 1964, en Perú. Forzado por las circunstancias y un poco fortuitamente, participó en un programa que se emitía por el Canal 13, Panamericana de Televisión, comenzando así una carrera que nunca se interrumpiría. Zitarrosa relató así su experiencia:

No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de televisión, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos

Poco después, al pasar por Bolivia de regreso a Uruguay, realizó varios programas en Radio Altiplano de la ciudad de La Paz. Debutó posteriormente en Montevideo, en 1965, en el Auditorio del SODRE (Servicio Oficial de Difusión Radioeléctrica). Su participación en este espacio le sirvió de peldaño para ser invitado, a principios de 1966, al ya reconocido Festival de Cosquín, en Argentina, al que volvió en 1985.

Desde el principio, se estableció como una de las grandes voces del canto popular latinoamericano, con raigambre folclórica y clara ideología de izquierda. Cultivaba un estilo contenido y varonil, y su voz grave y un típico acompañamiento de guitarras le dieron su sello característico.

En la década de 1960 fue votante y militante del Frente de Izquierda de Liberación (FIDEL), lista 1001, en el seno del Movimiento Popular Unitario que integraba aquella coalición. Luego siguió militando en el Partido Comunista de Uruguay hasta su muerte. En 1971 adhirió al Frente Amplio. Participó como cantor en innumerables actos políticos de estas organizaciones. Estas actividades le valieron el ostracismo y finalmente el exilio, durante los años de la dictadura (1973-1985). Sus canciones estuvieron prohibidas en Uruguay durante ese período, y más tarde en Argentina y Chile, por las dictaduras que gobernaron esos países. Vivió entonces, sucesivamente, en Argentina, España y México, a partir del 9 de febrero de 1976. ?Levantada la prohibición de su música, como la de tantos en la Argentina luego de la Guerra de Malvinas, se radicó nuevamente en Buenos Aires, donde realizó tres memorables recitales en el Estadio Obras Sanitarias los primeros días del mes de julio de 1983. Casi un año después volvió a su país, donde tuvo una histórica y masiva recepción el 31 de marzo de 1984, la que fue descrita por él mismo como «la experiencia más importante de mi vida».

Falleció el 17 de enero de 1989, a causa de una peritonitis derivada de un infarto mesentérico. 
Zitarrosa buscó una canción uruguaya basada en los géneros musicales que identifican a la región. En esta búsqueda también puede identificarse a artistas contemporáneos como Daniel Viglietti y Los Olimareños, que a su vez fueron precedidos por otros como Osiris Rodríguez Castillos, Amalia de la Vega y Anselmo Grau.
Su obra tiene base en la música folclórica rural, y encuentra en el tango el modelo de acompañamiento de guitarras. Zitarrosa rescató los dúos, tríos y cuartetos presentes desde larga data en la música uruguaya. Utilizó el cuarteto principalmente en la milonga. Esta formación ya había sido utilizada en el tango, donde artistas como Carlos Gardel o Alberto Mastra usaron tres guitarras y un contrabajo o tres guitarras y un guitarrón. Entre las canciones que se convirtieron en grandes éxitos figuran Doña Soledad, Pa'l que se va, Crece desde el pie, Recordándote, Stéfanie, Adagio en mi país, Zamba por vos, El violín de Becho y el poema por milonga Guitarra negra.

Como poeta, fue galardonado por la Intendencia de Montevideo con el Premio Municipal de Poesía de 1959, por el libro Explicaciones, que nunca quiso publicar.

En 1988 vio la luz su libro de cuentos Por si el recuerdo, con relatos escritos en distintos momentos de su vida. Como todo creador, Alfredo Zitarrosa nutrió su obra de fuentes diversas. Aun así, en su caso particular es de destacar el alto componente autobiográfico, o la exposición de vivencias personales, que aparecen en sus creaciones.

UNA BATALLA CLAVE

La batalla de las Islas Egadas fue una confrontación militar naval que tuvo lugar el 10 de marzo de 241 a. C. entre los cartagineses, dirigidos por Hannón el Grande, y los romanos, encabezados por Cayo Lutacio Cátulo, finalizando este con la victoria romana en el que fue el encuentro culminante de la primera guerra púnica. Los años que precedieron a la batalla fueron de relativa calma. Roma carecía de flota —los barcos que poseía al inicio de la guerra habían sido destruidos en la batalla de Drépano y en la tormenta que siguió—. Cartago, no obstante, tomó una pequeña ventaja de esta situación. Las hostilidades entre las fuerzas romanas y cartaginesas se estancaron gradualmente, comenzando con operaciones a pequeña escala en Sicilia. El general cartaginés Amílcar Barca se hizo lento al momento de completar su ventaja en la isla y, probablemente debido a esto, en 242 a. C. Roma decidió construir una nueva flota y recuperar su supremacía naval.

A pesar de haber tomado esta resolución, después de veinte años de guerra las finanzas de la República se encontraban en pésimo estado, las arcas monetarias estaban vacías. Un movimiento popular se formó rápidamente para contrarrestar esta dificultad, en una típica forma romana: los ciudadanos ricos, solos o en grupos, decidieron mostrar su patriotismo y financiaron la construcción de un barco por cada uno. El resultado fue una flota de aproximadamente doscientos quinquerremes, construidos y equipados sin gastos públicos.

La nueva flota fue completada en 242 a. C. y confiada al cónsul Cayo Lutacio Cátulo. Las derrotas navales sufridas en el pasado sirvieron en esta ocasión como invaluables muestras de experiencia. Las naves romanas eran ahora más resistentes a las adversas condiciones climáticas, habiendo abandonado el corvus. Cátulo sólo tuvo que esforzarse en instruir a las tripulaciones en maniobras y ejercicios antes de dejar aguas seguras. El resultado fue una flota en la cima de sus capacidades militares.

En Cartago, mientras tanto, las noticias de las actividades enemigas no fueron recibidas en vano. Una nueva flota cartaginesa fue construida, de 250 naves alrededor, y soltada al Mediterráneo bajo el mando de Hannón el Grande el general derrotado en Agrigento y en el cabo Ecnomo. El primer movimiento de Cátulo fue sitiar la ciudad siciliana de Lilibea (hoy Marsala) una vez más, bloqueando su puerto y conexión con Cartago. Se intentó con esto, aparentemente, cortar las líneas de comunicación y suministro de Amílcar Barca. Para el resto del año, Cátulo esperó por la respuesta cartaginesa.

La armada cartaginesa arribó a aliviar el bloqueo el año siguiente 241 a. C. Hannón se detuvo cerca de las islas Egadas para esperar favorables vientos que lo llevaran a Marsala. Sin embargo, la flota cartaginesa fue descubierta por exploradores romanos y Cátulo se vio obligado a abandonar el sitio para enfrentarse con sus enemigos.

En la mañana del 10 de marzo, el viento sopló a favor de los cartagineses y Hannón inmediatamente izó las velas. Cátulo midió el riesgo que habría de correr entre atacar con el viento en su proa y el riesgo en dejar llegar a Hannón a Sicilia para encontrarse con Amílcar Barca. A pesar de las condiciones desfavorables, el cónsul decidió interceptar a los cartagineses y ordenar formación de batalla. Mandó quitar los mástiles, velas y cualquier equipo innecesario para hacer más livianas las naves en aquellas duras condiciones. Cátulo no podía unirse a la batalla debido a las lesiones ocasionadas en un reciente combate, entonces en la actual batalla la flota pasó a manos de su segundo, el pretor Quinto Valerio Faltón.

En el siguiente combate, los romanos obtuvieron una gran movilidad y agilidad en el agua, debido a los equipos de que se habían privado; los cartagineses, por su parte, estaban cargados con provisiones y equipos muy pesados lo que le restaba movilidad. Las tripulaciones cartaginesas estaban también reclutadas en forma apresurada y muy poco entrenadas. La armada romana ganó pronto una buena posición, usando su capacidad de movilidad para embestir los barcos cartagineses. Cerca de la mitad de la flota cartaginesa fue destruida o capturada. El resto sólo fue salvado por un abrupto cambio en la dirección del viento, que aprovecharon para escapar de los romanos. Luego de su decisiva victoria sobre la armada cartaginesa, Cátulo renovó el sitio y conquistó Lilibea, esparciendo a Amílcar y a su ejército en Sicilia, entre las pocas fortalezas que aún controlaba Cartago. Sin recursos para construir una nueva flota o para reforzar las tropas terrestres, Cartago admitió su derrota y firmó un tratado de paz con Roma, dando conclusión así a la primera guerra púnica.

Para celebrar su victoria, Lutacio Cátulo construyó un templo en honor a Juturna en el campo de Marte.


10 DE MARZO DE 1876
Alexander Graham Bell transmite el primer mensaje por teléfono

El británico Alexander Graham Bell, a través de dos pequeños aparatos, uno para hablar y otro para escuchar, transmite la primera frase a distancia.

Bell dice, a su ayudante Watson, que se encuentra ubicado en una habitación contigua: "Señor Watson, venga aquí, necesito que me ayude".

Este invento llamado teléfono, financiado con la ayuda de sus suegros, hará del mundo en que vivimos un lugar mucho más pequeño.

Efemérides históricas

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