Tal vez aspectos como la elegancia o la educación tengan algo que ver con la riqueza o la posición social, pero desde luego la belleza no. A lo largo de la historia ha habido reinas devotas, inteligentes, locas…y feas, a veces, muy feas.
Claro que en tiempos en los que los matrimonios eran concertados por alianzas de poder, la belleza de la consorte no parecía tener demasiada importancia.
Quieres conocer quienes fueron algunas de las reinas más feas? Y te adelantamos que todas son poco agraciadas, pero no necesariamente infelices.
Bárbara de Braganza (ilustración)
Empezamos por la esposa de Fernando VI. La suya es una historia muy particular que seguro te sorprende: Mientras se negociaban los esponsales, la corte española pidió a la portuguesa que enviara algún retrato de la futura esposa. Pero el retrato no llegaba y todo eran excusas, y es que la pobre Bárbara de Braganza tenía fama de ser la princesa más fea de Europa. Cuando el retrato llegó, fue con algunos retoques: el “photoshop” de la época.
Sin embargo, cuando el rey conoció a la joven, tan culta y refinada como él, acabó enamorándose perdidamente. Tan intensa fue su historia de amor que el monarca murió de pena un año después del fallecimiento de su esposa. El amor es ciego, no cabe duda.
Isabel de Farnesio
La esposa de Felipe V tampoco estuvo en la lista de princesas casaderas más bellas después de que un terrible ataque de viruela afeara su rostro en extremo.
Pero supo suplir como pocas su poco agraciado aspecto con otras cualidades, entre ellas su inteligencia, su excelente educación y una capacidad innata para manipular a su gusto a los demás.
María Luisa de Parma
Muchas menos cualidades tenía María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV. Ni siquiera los pintores de la corte, entre ellos Francisco de Goya, pudieron ocultar los poco atractivos rasgos de esta reina consorte, que al parecer tampoco era excesivamente amable.
Eso sí, aún siendo tan fea engañó a su esposo con uno de sus más importantes súbditos: su valido, Manuel Godoy.
María Amalia de Sajonia
De María Amalia de Sajonia y Carlos III alguien dijo que formaban la pareja más fea del mundo. Pero lo cierto es que fueron felices y muy prolíficos: 13 hijos en 22 años de matrimonio.
María Tudor
Y de entre las reinas menos agraciadas destaca María Tudor, hija de Enrique VIII. Sin cejas y con una mirada apagada: un rostro amargo para una existencia no menos amarga. Fue repudiada y despojada de sus títulos por su propio padre. Además, durante su breve reinado, se ganó a pulso el sobrenombre de Bloody Mary, María la sangrienta, por las ejecuciones que ordenó por motivos religiosos.
Cristina de Suecia
Tampoco fue conocida por su belleza, pero sí por su exquisita educación. Reina durante más de 20 años, fue una de las mecenas más importantes de su época y uno de los personajes más queridos de la historia sueca.
Reinas feas, sí, aunque no para todas su aspecto físico fue un inconveniente insalvable o motivo de infelicidad.
supercurioso
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