Sabías que Donald Trump solamente duerme tres horas, que Mary Shelley sufría parálisis del sueño o que Madonna lucha contra sus problemas de insomnio? Te contamos los hábitos de sueño más peculiares de famosos y personajes públicos.
Por todos es conocida la suma importancia que el sueño tiene en muchas vidas. El éxito, la salud, la concentración, la productividad e incluso la propia e intangible felicidad se relacionan con hábitos positivos a la hora de irnos a la cama, el cuidado de la higiene del sueño o respetar el número de horas suficientes de sueño.
Que sepamos perfectamente que debemos evitar el consumo a última hora de sustancias estimulantes, despedirnos del smartphone un buen rato antes de dormir o adoptar la postura adecuada no quiere decir que siempre lo cumplamos. Y los famosos van por el mismo camino: todos ellos tienen, o tenían, sus propias particularidades, rituales nocturnos, problemas para conciliar el sueño, manías y costumbres cotidianas.
Entre las sorpresas: Leonardo da Vinci siguió estrictamente una rutina de sueño polifásico en la que dormía entre 20 minutos y 2 horas por sesión, varias veces al día; las almohadas de Stephen King apuntan en una dirección específica.
Mientras que algunos de los principales CEO del mundo se adhieren a hábitos estrictos e incluso los consideran el secreto de su éxito, para otras personalidades relevantes dormir no forma parte de su lista de prioridades. Arianna Huffington es una abanderada del régimen de sueño estricto, que sigue religiosamente tras sufrir un agotamiento severo y amanecer inconsciente en su propia sangre. Rechaza los dispositivos electrónicos, se da un baño caliente con sales y siempre lee antes de dormir.
Otras personas priorizan otras actividades y anhelos sobre el buen descanso: Martha Stewart, empresaria, autora y presentadora de televisión estadounidense que formó un imperio con su negocio de estilo de vida y cocina, duerme cuatro horas y a las 6:30 ya está en pie para cuidar y alimentar a sus animales.
El inventor Thomas Edison pensaba que dormir era una pérdida de tiempo y por ello, dormía tan solo tres horas diarias y optaba por dormir siestas con frecuencia. Incluso trabajaba 72 horas sin parar en alguna ocasión. Nikola Tesla sufrió pesadillas severas cuando era niño, y de adulto siguió un ciclo de sueño ‘Uberman’, en el que nunca dormía más de dos horas por día. Se rumorea que trabajó una vez durante casi 84 horas sin dormir en absoluto.
Shaquille O’Neal, ex jugador de baloncesto profesional estadounidense sufré apnea del sueño, Tom Cruise sufre un problema de ronquidos tan apabullante que duerme en un “snoratorium a prueba de sonido” que bloquea por completo todo sonido imperante, filtrándolo fuera de la estancia. Las curiosidades son infinitas: Mariah Carey duerme 15 horas diarias -prácticamente el doble que la media de la población-, Dalí dormía con una llave que lo despertaba del sueño para hacer sus anotaciones oníricas y Emily Bronte caminaba por el salón debido a su insomnio hasta que el sueño asomaba.
Fuente: ValueWalk
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