Antolagnia, La excitación sexual al oler flores

A todos nos gusta el gran aroma de las flores, menos a los que son alérgicos al polen, pero bueno, algunas personas llevan esta grata sensación hasta otros niveles, niveles sexuales. Si, como lo lees, hay gente que encuentra una gran excitación al oler las flores, a esta práctica se le llama antolagnia y es una parafilia, no tan común.

Una parafilia es donde la excitación y el placer sexual dependen de generar una fantasía o el participar en conductas sexuales con cosas no tan comunes, se dice que estas parafilias son más comunes en los hombres.

Siguiendo con el tema de la antolagnia esta es cuando la excitación y el logro del orgasmo dependen de oler flores. Esto no es tanto de extrañarse pues los olores están muy conectados a nuestras emociones y recuerdos. Que no te ha pasado que de repente te llega un olor que ya asocias con una emoción y después, al oler ese mismo aroma te transporta a emociones del pasado?

Por ejemplo, el perfume que usa tu pareja o que usaba cuando tenían sexo, de repente en la calle te topas con ese aroma y enseguida te recuerda a tu pareja y lo que hacían entre las sabanas. Pero la antolagnia va más allá del límite.
Pues cuando una persona tiene esta parafilia llamada antolagnia llega a sentir placer sexual e incluso pueden llegar a tener un orgasmo, por tan solo oler una flor. Para estas personas no importa que flor sea, si es una o es un ramo, siempre les llega el placer sexual oliendo flores.
Pero hay que dejar algo buen claro de las personas con antolagnia y no es que siempre que huelen flores tienen orgasmos. Es verdad que sienten gran placer al hacerlo, sienten cosas que otras personas no, pero para llegar al orgasmo necesitarán de otro tipo de estímulo.
Las personas con antolagnia generan placer al oler las flores, este placer puede llegar a ser sexual y que gracias a esto se origine el orgasmo como consecuencia del gran placer causado por la naturaleza.

Una de las desventajas, -si es que esta en realidad tenga una ventaja-, es que las personas con este comportamiento difícilmente tengan la misma intensidad de orgasmo al no estar oliendo flores, que al tener sexo y estar oliendo flores o que ni siquiera lleguen a terminar el acto sexual.


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