Las personas impuntuales son más optimistas y más felices: así lo señala un estudio de la Universidad de San Diego en 2015. Pero eso sí, ¡cómo hacen infelices a las personas que tienen que esperarlos!
Sí, a cualquiera sacan de sus casillas. Pero no todas las personas llegan tarde por las mismas razones. Aplique la norma de los 15 minutos de espera -máximo 20- y quédese tranquilo. Si usted es el impuntual, revise por qué lo hace: puede que se sorprenda.
La coach Susana Arbeláez asegura que usted no lo sería si tuviera certeza sobre el valor de su tiempo: antes de la cita, indica a la persona que solo podrá esperar 15 minutos. Ya está advertida. “Cumpla! Es lo único que necesita para que no le pase de nuevo. Usualmente decimos una cosa y no cumplimos y es allí cuando las personas abusan. Hay quienes siempre llegan tarde, pero ya saben que no los esperarán y se esforzarán la próxima vez. También hay personas que llegan algunos minutos tarde y hay que tener paciencia”, señala la experta.
De hecho, en su libro ‘Never be late again’ (Nunca vuelva a llegar Tarde’, la consultora empresarial Diana DeLonzor publica un estudio que realizó con 225 personas en la Universidad Estatal de San Francisco reveló que 17% de los sujetos sometidos al estudio presentaban impuntualidad crónica. En los encuestados se detectaron hiperactividad o ansiedad, problemas de autocontrol y déficit de atención.
Algunos otros resultaron ser simplemente personas acostumbradas a hacer muchas cosas, lo que hoy se llama ‘multitasking’ y bastará con que deje el orgullo atrás y les recuerde su cita.
Sin embargo, no se puede negar que la impuntualidad saca a cualquiera de sus casillas.
Con base en las personalidades que siempre llegan tarde señaladas por Diana DeLonzor, el psicólogo Camilo Cifuentes explica en qué consisten y por qué llegan tarde. Si las tiene en cuenta, sabrá qué atenerse y qué hacer cuando deba encontrarse con ellos:
El amigo del caos: la especialista DeLonzor lo llama el intenso, pero estas personas son realidad personas que aman vivir en caos. Les parece que su mundo es muy aburrido y a propósito sabotean su reunión. Se levantan tarde, se ponen a hacer otra cosa. La forma de lidiar con ellos es darle una primera oportunidad con advertencia y luego, evitar encontrarse con ellos. Llegarán tarde porque esto los motiva y lograrán sacarlo de sus casillas.
El productivo: son personas que hacen muchas cosas y no tienen control sobre su tiempo. Concertarán siempre una cita aunque no tengan el tiempo suficiente y lo harán esperar aunque ellos no quieran. Es mejor que usted los visite en su lugar de trabajo o espere cerca del suyo, para que aproveche el tiempo que podría esperar. Sin embargo, si pasan más de 20 minutos, re programe, es una forma de enseñarlos a organizarse con base en realidades y no en fantasías sobre lo que puede o no hacer.
El distraído: no tienen intención de llegar tarde y ese es un punto a su favor. Sin embargo, para que usted no pierda ni su tiempo ni su paciencia, llame antes de la cita y escriba para recordarles. Indíqueles la mejor manera de llegar, ya que estas personas olvidan lo que han planeado y se “embolatan” encontrando la forma de llegar.
El narcisista: armará un escándalo si usted le reclama su impuntualidad. Esta personalidad es muy común en la gente de poder, por lo cual es mejor que organice las citas con asistentes que les organicen la agenda. Tenga también en su agenda disponibilidad de tiempo suficiente y adelante algunos puntos importantes por correo electrónico o por chat. Su tiempo también vale.
El manipulador: hará un drama porque llegó a tarde a la cita, pero lo volverá a hacer porque se siente bien al ponerse como víctima y manipular los sentimientos de otros. Lo mejor es que le pida a estas personas que lo visiten en su lugar de trabajo y que organice por chat lo que le sea posible.
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