Amor fusional: los riesgos para la pareja

Tú y tu pareja son inseparables. Nunca uno sin el otro. ¡Como si fueran uno! 
El modelo fusional de pareja no solo es frecuente sino que a menudo despierta envidias. Sin embargo, plantea riesgos que no deben ignorarse. El psicoanalista Saverio Tomasella explica cómo funciona este tipo de unión y nos da las claves para eliminar las muletas relacionales.

"Hay tres grandes familias de parejas fusionales", explica el psicoanalista.

• La primera consiste en apegos por afecto. De pequeños o  adolescentes tenían una amiga o un amigo del que eran inseparables. Entonces, como adultos, se comportan en pareja siguiendo el mismo modelo de fusión. Históricamente han mantenido una relación de proximidad cercana con una persona de su elección. Domina la necesidad de complicidad en perfecta armonía, y es el placer de la compañía de esa persona lo que motiva su modo de relación.
• Otra familia de pareja fusional está formada por personas que no pueden tolerar la soledad. Si uno pasa la noche con amigos, el otro se siente abandonado y perdido. Su necesidad de fusión está motivada por el miedo a estar solo.
• La tercera familia consiste en personas que han crecido en el seno de una familia simbiótica. Es el único modelo que conocen y lo repiten.

En problemas...
"Ciertas parejas fusionales pueden pasar un tiempo separados sin que sea un problema", explica Saverio Tomasella. "Para algunas, en cambio, es imposible prescindir del otro, porque sienten que dejan de existir. Estas personas son las que suelen decir "No puedo vivir sin ti", una afirmación que puede ir acompañada de angustia.

Sin el otro, la persona pierde el control sobre su vida y hasta el gusto de vivir. Uno o dos días de ausencia los pone en una actitud ansiosa de espera. "En algunas parejas fusionales la dependencia emocional es común", añade el profesional. Pero la fusión también puede ir acompañada de dependencia intelectual ("La persona no piensa de manera autónoma"), o financiera, cuando se siente incapacidad de salir adelante por sí solo.

Carencias afectivas de la infancia
Las relaciones de dependencia se establecen entre personas que no han experimentado un vínculo fuerte y seguro con un padre. "Esta forma de adicción al otro trata, sin conseguirlo, de llenar artificialmente la carencia afectiva", señala Saverio Tomasella.

De la dependencia al sufrimiento
La dependencia afectiva, ligada a la relación fusional, se manifiesta de diferentes formas. Puede causar "una especie de ansiedad o incluso angustia frente a la ausencia del otro, incluso si es solo de un día o dos", dice Saverio Tomasella. La persona vive a la espera de su regreso. 
Otra expresión de dependencia es replegarse en sí mismo. Como la pareja es autosuficiente, no desarrolla relaciones amistosas ni socializa. "A largo plazo esto puede provocar un empobrecimiento, un agotamiento de la relación".
En algunos casos, la persona comienza a vigilar las acciones del otro: si este sale a tomar una copa con un amigo y no la invita, puede hacer un drama. El otro, sintiéndose invadido por su pareja, no se atreve a salir sin ella, o pensar de forma diferente. La dependencia afectiva en este caso no permite establecer la distancia necesaria que debe existir en una relación saludable. Todos estos son signos que deben tomarse en serio.

Consultar a un psicoterapeuta para identificar el origen de estas dependencias es recomendable. "Cuando hay síntomas de dependencia y sufrimiento en la pareja es el momento de cuestionar el modo relacional, con el fin de recuperar libertad y construir una relación más abierta".

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