Es posible que muchos recordemos la película de 1993 protagonizada por Bill Murray llamada “Atrapado en el tiempo” en la que el protagonista vive una y otra vez en la celebración del Día de la Marmota.
Para descubrir los orígenes de esta festividad folclórica, tendremos que remontarnos mucho más atrás. Al 2 de febrero de 1887 en un pueblito de Pensilvania, en Estados Unidos.
Básicamente esta tradición reside en esperar a que una marmota salga de su madriguera tras el periodo de hibernación y ver cuál es su reacción.
Si la marmota vuelve a adentrarse en su guarida, los aldeanos comprenden que aún restan 6 semanas más de frío invierno. Si, por el contrario, se queda en el exterior, es un anuncio del comienzo de la primavera, que llegará antes de tiempo.
Este curioso predictor meteorológico era utilizado por los granjeros de la época para saber si era buen momento o no para cultivar el campo.
Con el paso del tiempo decidieron adoptar de forma fija a una marmota y organizar una serie de festejos en su honor. La marmota de este pueblo fue bautizada como Phil y así se llaman también todas las marmotas que le han seguido hasta la actualidad.
Lo curioso, en este caso, es que Phil apenas ha acertado 1 de cada 10 veces en su pronóstico; aunque no parece que importe mucho.
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