Nota
que nace como una crónica que describe los acontenceres de pasados días en
Mendoza en el marco del 5° Concurso
Bonarda Argentina.
Inspiración de la inquietud de un grupo de entusiastas que ponen en el
mapa a la segunda cepa de capacidad enológica más producida en el país. Con
particularidades únicas como la de ser extranjera pero mudada y establecida en
nuestro territorio casi con exclusividad mundial.
Con
características adoptadas en terruños nacionales y con pretenciones de grandeza
exportable. Bonarda de gran tomabilidad, poco alcohol y acidez digna de ser
bebida fresca. Frutado por naturaleza, sabroso en boca y redondo en expresión,
un tanto herbáceo se cirne en las copas en encuentros casuales de picadas y
charlas. Acompaña las carnes asadas de domingos familiares y abre el espacio
para un postre goloso.
Elaborado en seco, vino jóven o con características de guarda, tardío,
generoso o espumoso. De gran diversidad en el mercado por ser una uva muy
plástica y de gran adaptabilidad.
Hace unos pocos días se desarrolló el Concurso Bonarda Argentina donde
un grupo de 50 mujeres del mundo del vino y un jurado técnico mixto tuvieron la
oportunidad de probar y evaluar casi 70 muestras de elaboraciones de bonarda
compuestos por varietales jóvenes, vinos de guarda, blends, tardíos y hasta un
generoso y espumoso. Con la participación de provincias argentinas como
Catamarca, La Rioja, San Luis y Mendoza. Y es en esta última donde se encuentra
el 84% del bonarda del país.
Producciones artesanales y de grandes bodegas se dieron, una vez más,
cita en un concurso con pretenciones de difusión del 2° varietal en producción
nacional, que forma parte de acervo enológico de casi todas las provincias que
elaboran vino y donde obtiene particularidades únicas.
Así, en ambos jurados, se impuso el sabor de un Riojano pero uno
proveniente de Rivadavia, en Mendoza fue galardonado con un Doble Oro.
La bonarda es una uva de vino tinto
italiana que ha crecido históricamente en la región francesa de Saboya,
al noroeste de Italia. A comienzos del siglo XIX y a finales de ese mismo
siglo fue la uva tinta más ampliamente plantada en el este de Francia,
país donde es conocida como douce
noir.
La
uva es conocida en California como charbono, donde se produce en cantidades muy limitadas, siendo
considerada un "vino de culto" por la escasez y la devoción de sus
conocedores.
Los mercados extranjeros abren sus puertas
a lo que tiene que ofrecer el bonarda y miden su tomabilidad o “drinkability”,
y ponderan el bajo nivel alcohólico, lo frutado y la frescura ofrecida. Estados
Unidos e Inglaterra abren sus puertas a la noble cepa.
Casi
en el mismo nivel que se encontraba el malbec en 1990, la bonarda muestra el
potencial que posee.
Quizás, éste sea el momento apropiado de probar y servir sus atributos
en nuestra mesa.
Dario Le Bihan
Sommelier Comunicador
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