La tanorexia se trata de trastorno psicológico que se caracteriza por una obsesión enfermiza por estar moreno. El origen etimológico de la palabra parece provenir del inglés “tan” (broncearse) y del griego “orexia” (apetencia).
Las personas tanoréxicas se someten a numerosas sesiones de rayos UVA o a exposiciones prolongadas al sol para obtener el deseado bronceado, lo que se puede derivar en serias lesiones cutáneas y otras graves consecuencias para la salud.
La tanorexia se engloba dentro de los trastornos dismórficos, ya que quien la sufre tiene una percepción alterada de su imagen corporal tal y como sucede con la anorexia (la persona anoréxica se sigue viendo gorda a pesar de estar en los huesos) o la vigorexia (la persona vigoréxica nunca se ve lo suficientemente musculosa).
En este caso, los afectados por la tanorexia se ven siempre pálidos y se sienten incapaces de vivir sin ponerse al sol o tomar rayos UVA con excesiva frecuencia. Además, suele ser habitual que no hagan uso de protectores solares adecuados para su tipo de piel o que se apliquen productos que aceleren o potencien el bronceado.
Influencia de la moda del bronceado en el concepto de belleza
La belleza es un valor muy importante y al alza en la sociedad actual. En épocas pasadas, el ideal de belleza, elegancia y distinción pasaba por el lucimiento de una piel clara y blanca para diferenciar las clases aristocráticas del pueblo llano, que tenía un cutis más curtido debido a los trabajos que realizaba a la intemperie. Sin embargo, hoy en día, sucede lo opuesto. La moda actual es asociar belleza con bronceado. Las pieles morenas resultan más atractivas según el canon de belleza imperante. Un buen bronceado se asocia a estatus social, a buena salud física y a haber pasado unas buenas vacaciones. Por estos motivos, las personas tanoréxicas están tan preocupadas por estar permanentemente morenas para lucir bellas que se puede decir que tienen adicción al sol y obsesión por el bronceado.
Por otra parte, los avances técnicos permiten adquirir una buena tonalidad de moreno de manera artificial mediante cabinas de rayos UVA que proliferan en centros estéticos, perfumerías, gimnasios o peluquerías. Asimismo, existe toda una industria cosmética del bronceado que nos ofrece cremas, lociones, tintes y autobronceadores para lograr la apariencia deseada.
Factores de riesgo para padecer tanorexia
# 1.- Estar muy pendiente de la moda
Las mujeres son las que más siguen las tendencias y también las que más tiempo se exponen a los rayos solares. Sin embargo, ellas suelen ser más precavidas y usar más cremas protectoras que los hombres.
# 2.- Ser una persona muy preocupada por el físico
Al tratarse de un trastorno dismórfico, no es raro ver personas extremadamente delgadas (anoréxicas) y tremendamente bronceadas a la vez (tanoréxicas), ni tampoco ver demasiado morenas a personas dotadas de un físico excesivamente musculoso (vigoréxicos).
# 3.- Padecer algún tipo de depresión
El sol y los rayos UVA de los solariums producen endorfinas, unas sustancias químicas cerebrales que producen euforia y felicidad. Así pues, hay gente que necesita tomar el sol, de manera compulsiva, con el fin de sentirse mejor emocionalmente. Pensemos, por ejemplo, en la fototerapia que se prescribe a aquellas personas que viven en países con largas noches de invierno y pocas horas de sol al día. Estas personas sufren el conocido como Trastorno Afectivo Estacional (TAE). En esta fototerapia, se utiliza una lámpara especial con luz muy brillante que imita la luz solar.
# 4.- Tener baja autoestima
A menudo, los tanoréxicos consideran que, si cambian su aspecto físico, serán más aceptados por los demás y, por lo tanto, se sentirán mejor.
# 5.- Justificar su adicción al sol por un tema médico
Así, por ejemplo, explican que cuanto más sol tomen, mayor fortaleza tendrán sus huesos debido a que los rayos solares aumentan la producción de vitamina D, tan necesaria en la calcificación de los huesos. Sin embargo, como indican los médicos, basta con unos quince minutos diarios de exposición al sol para alcanzar esos beneficios.
# 6.- Poseer una personalidad obsesiva
La toma de sol de manera compulsiva es más frecuente en aquellas personas que padecen de base un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Señales de alerta y síntomas de la tanorexia
Bronceado intenso de la piel, a veces incluso hasta alcanzar límites totalmente antiestéticos con una piel que adquiere tonalidad anaranjada o color parduzco muy poco natural.
Lucir una piel castigada o cuarteada totalmente deshidratada.
Reacciones alérgicas, como ampollas, rojeces y granos.
Mostrar un envejecimiento prematuro de la piel.
Recurrir de forma compulsiva e incontrolada a largas sesiones de solárium para tomar rayos UVA.
Competir con compañeros y amigos por ver quien tiene un bronceado más oscuro.
Sentir mal humor ante la imposibilidad de no poder estar todo el tiempo bajo el sol.
Sentirse triste cuando el día está nublado por no poder tomar el sol o por no poder acudir a un centro de bronceado para sustituirlo.
Estar obsesionado por no perder la tonalidad alcanzada y vigilar constantemente el color de la piel mostrando envidia ante gente aparentemente más bronceada.
Sentirse frustrado por el color de la piel que tiene y verse demasiado pálido.
Exponerse al sol durante las horas más perjudiciales del día, es decir, las horas centrales (de 12 a 17) con el fin de alcanzar el bronceado más rápidamente.
No usar la protección solar adecuada para su tipo de piel, sino potenciadores del bronceado tipo aceites que potencian los rayos ultravioletas. Usar un protector solar pero como una excusa para exponerse durante más tiempo a la radiación.
Aumentar de manera rápida y excesiva el tiempo de insolación o de radiación en las cabinas de rayos UVA.
Evitar realizar otras actividades que restarían tiempo de exposición al sol. En los casos más extremos, la tanorexia puede incluso interferir en las relaciones familiares, sociales o laborales de la persona que lo padece, ya que termina por aislarse y se preocupa sólo por aumentar su bronceado.
Consecuencias de la adicción al bronceado
#1. Quemaduras cutáneas
Aunque en los últimos años se ha reducido, la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera provocó una considerable disminución de la capa de ozono. Este adelgazamiento de la capa hace que la Tierra disminuya su protección frente a la radiación ultravioleta del sol y que aumenten los casos de lesiones cutáneas causadas por una mayor concentración de radiación. Las quemaduras solares dependen del tiempo de exposición y del tipo de piel. Las pieles con fototipo cutáneo bajo son más proclives a ellas.
#2. Envejecimiento o arrugas prematuras
La piel, si se expone de manera excesiva al sol, puede no ser capaz de autorreparar sus lesiones. Esto se traduce en un envejecimiento prematuro de las zonas expuestas. El sol daña las fibras de colágeno y la ausencia de éstas es la que conlleva a una pérdida de elasticidad y firmeza propia de edades avanzadas, así como a la aparición de arrugas.
#3. Ansiedad
La tanorexia provoca ciertos trastornos psicológicos secundarios que van desde la ansiedad hasta el síndrome de abstinencia ante la perspectiva de no poder tomar el sol. Esto significa que la persona tanoréxica reacciona como cualquier adicto en cualquier drogodependencia y se siente nerviosa ante la imposibilidad de no tomar la dosis diaria de radiación.
#4. Cáncer de piel
Las radiaciones ultravioletas, sobre todo las de tipo A y tipo B, son capaces de producir alteraciones en las cadenas del ADN que forman la epidermis (la capa más superficial de la piel) e impedir su reparación. Cuando esto sucede, puede ser el inicio de la formación de un cáncer.
#5. Manchas en la piel
También conocidos como lentigos solares, las manchas solares están directamente relacionados con el exceso de sol. Estas manchas ovaladas, oscuras y que permanecen pigmentadas, suelen aparecer sobre todo en la cara, el cuello o las manos, es decir, en zonas directamente expuestas a la radiación del sol. Aunque las manchas en la piel suelen ser benignas a pesar de su carácter antiestético, en algunos casos, pueden ser precursoras de melanomas.
#6. Aumento del número de lunares
La mayoría de los lunares están presentes desde el nacimiento, pero hay otros que se desarrollan con el tiempo, sobre todo debido a la exposición al sol. Si bien los lunares comunes no son malignos, se debe vigilar si el lunar cambia de color, produce picor, aumenta de tamaño, si sus bordes presentan un aspecto irregular o sangra.
Tratamiento de la tanorexia
El tratamiento de la tanorexia debe abordarse desde dos perspectivas, la psicológica y la física. Por lo tanto, conviene incluir dos figuras profesionales: el psicólogo o psiquiatra y el dermatólogo.
El primer paso para salir de la tanorexia es que la persona afectada reconozca que se está excediendo con el bronceado. Sin embargo, no es habitual que los tanoréxicos reconozcan que tienen un problema de adicción al sol, ni que acudan al médico a raíz de su obsesión, sino por problemas cutáneos derivados de la exposición muy prolongada al sol.
Tratamiento dermatológico
El dermatólogo corregirá, en la medida de lo posible, las alteraciones cutáneas debidas al exceso de bronceado mediante regeneradores cutáneos, tratamientos tópicos y, en los casos más graves, con anticancerígenos.
Además, el dermatólogo ayudará a la persona afectada por una adicción al bronceado a mantener unos hábitos solares responsables:
Conocer su fototipo de piel, lo que define su capacidad para asimilar la máxima radiación solar que puede recibir.
Emplear un protector solar, lo cual no es un capricho, sino una necesidad. Hoy en día, además, existe una amplia variedad de productos para todos los públicos, así que la excusa de que la crema protectora tiene una textura pegajosa o brillante ya no sirve. Recuerda que la piel tiene memoria, es decir, “perdona, pero no olvida” y los excesos cometidos pueden acabar pasando factura a corto o largo plazo.
Llevar gafas de sol adecuadas para proteger los ojos de las radiaciones solares.
Exponerse al sol de manera gradual y evitar bronceados en tiempo récord.
Tomar alimentos ricos en betacarotenos, tales como la zanahoria, tomate o calabaza. Desde el punto de vista epidérmico, estos alimentos antioxidantes actúan como un fotoprotector interno capaz de absorber rayos ultravioletas en pequeñas dosis, pero no sustituyen el uso de cremas con filtros solares.
Emplear cremas hidratantes o antiedad. A menudo, la piel de las manos es la que más fotoenvejecimiento manifiesta y eso se debe precisamente al hecho de no haberla protegido correctamente.
Usar cremas regeneradoras como el aloe vera o la rosa mosqueta.
Acudir al médico ante cualquier lesión cutánea o cambios morfológicos de lunares o manchas.
Tratamiento psicológico
El profesional de la salud mental realizará una intervención con la persona afectada por tanorexia en los siguientes aspectos:
# 1.- Trabajará con el paciente para corregir su percepción distorsionada de su imagen corporal.
# 2.- Motivará al paciente a cambiar sus hábitos de comportamiento. Así , por ejemplo, tratará de animar a la persona a desarrollar nuevas aficiones, actividades o deportes que le proporcionen endorfinas de forma alternativa.
# 3.- En los casos más graves de tanorexia, puede ser necesario la prescripción de psicofármacos.
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DOLORES VELÁZQUEZ
Psicoterapeuta
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