Algunos nacen con una memoria prodigiosa; otros no. Pero eso, a la luz de nuevas investigaciones, no significa que los desmemoriados estén destinados a perder sus llaves, a apuntar la lista del mercado ni a olvidar los nombres de sus conocidos. Un estudio realizado en Holanda por investigadores de la Universidad Radboud encontró que una técnica milenaria conocida como palacio de la memoria logró mejorar la conexión neuronal y convertir en solo 40 días la memoria convencional de un individuo en una extraordinaria, al nivel de los atletas mentales que compiten internacionalmente.
La técnica, que ya usaban los griegos, consiste en crear un lugar en la mente en el cual destinar sitios imaginarios donde alojar los nombres, números o datos de una lista que se quiere recordar.
La conclusión de los expertos es que una supermemoria no es una lotería genética, sino algo que se puede entrenar. Así lo ha pregonado durante décadas Tony Buzan, un inglés dedicado a promover la mnemotecnia. En los años setenta, con su libro Cómo utilizar su mente, popularizó la técnica del mapa mental, un método eficaz para recordar desde una conferencia hasta el contenido de un libro. Consiste en dibujar en el centro la idea principal y a partir de allí establecer bifurcaciones que se desprenden de esa temática.
Esta técnica y la del palacio de la memoria están en boga nuevamente porque con la aparición de herramientas tecnológicas la gente ha dejado de ejercitar esta capacidad mental.
La mayoría dependen de Google y otras aplicaciones para navegar el día a día. Otros tienen la falsa idea de que con la edad es natural que la memoria falle. Pero según explica Elkin Hernández, psicólogo experto en proceso de desarrollo del cerebro y la inteligencia, a la memoria hay que ejercitarla en todo momento “pues aunque no es un músculo se comporta como tal”.
Este atletismo mental no es simplemente repetir y repetir hasta memorizar, sino aprender a conocer cómo funciona el cerebro en materia de aprendizaje. “Al cerebro le cuesta captar lo abstracto, y funciona mejor cuando asocia palabras a imágenes”.
Para Buzan estos trucos traen beneficios enormes pues recordar mejora las relaciones sociales. Según explicó recientemente al diario inglés The Telegraph, la gente es más empática con los amigos y familiares al recordar sus nombres y sus fechas de cumpleaños. Pero la buena memoria también implica una mayor capacidad creativa y “es el órgano que permite aprender”, dice Hernández. Según el experto, una buena memoria provoca mayores conexiones entre ideas aparentemente inconexas. También ayuda a disfrutar más la música y la literatura porque resuena con lo que ya se ha aprendido. La buena memoria incluso es crucial para la actividad física pues para un nuevo deporte requiere aprender movimientos y estrategias.
Para tener bien ejercitada la memoria es indispensable dormir cada noche lo necesario y alimentarse bien. También es importante competir puesto que en este tipo de actividades la gente tiene todos los sentidos alerta. “Además es importante aprender técnicas, como la del palacio del memoria, que ayuden a recordar números, direcciones y listas”, dice Hernández. Este experto tiene casi 1.500 palacios de la memoria entre los que hay ciudades, universidades y casas.
Para aprender una lista con este método la gente debe poner cada objeto en un lugar de ese palacio: las uvas colgadas como lámparas en la entrada, la carne en la mesa del teléfono, el arroz en la jaula de los pájaros, etcétera. “Mientras más vívida, colorida, loca o surreal sea la imagen, mejor”, dice Buzan. Pero hay muchas más técnicas como el mapa mental o el sistema de números y formas, en el cual se asigna un objeto a cada número, por ejemplo, un pincel al uno o un cisne al dos.
Buzan asegura que con estos pequeños trucos cualquiera podrá recordar el nombre de la persona que acaba de conocer sin pasar penas o una fecha histórica importante sin tener que recurrir a Google.
semana.com
0 comentarios:
Publicar un comentario