Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados
Pese al creciente caudal de conocimientos que avalan la importancia de la dimensión ambiental del desarrollo sostenible, en los conflictos armados se siguen explotando y degradando los recursos naturales, como los bosques, la fauna y la flora, los recursos hídricos y las tierras de cultivo, lo que pone en peligro la paz y la seguridad a largo plazo.
A día de hoy, en África Central y Oriental, el tráfico ilícito de minerales, fauna y flora, madera, carbón y estupefacientes financia actividades ilícitas y sustenta a grupos armados y redes delictivas.
En Somalia, por ejemplo, se estima que el comercio ilícito de carbón genera ingresos anuales de hasta 384 millones de dólares que van a parar a los insurgentes y los grupos terroristas.
La eliminación segura de las armas bélicas suscita también gran preocupación. Se trata de una de las difíciles tareas a que se enfrentan actualmente las Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas en Siria, donde la destrucción de las armas químicas y las instalaciones de producción debe atenerse a rigurosas salvaguardias ambientales a fin de prevenir la contaminación química, la aparición de nuevos puntos críticos a efectos ambientales y riesgos de salud pública. La contaminación ambiental incluye también las minas terrestres y las municiones sin detonar, que constituyen una amenaza sobre todo para las mujeres y los niños, quienes, por sus actividades cotidianas, suelen ser más vulnerables.
Hay que reconocer también la enorme importancia que revisten los recursos naturales en la subsistencia y la resiliencia de todos los miembros de la sociedad y las consecuencias de la gestión sostenible de los recursos naturales para la prevención de los conflictos y la paz.
ONU
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