Historia de la Navidad

Seas creyente o no, seguro que en algún momento de tu vida has celebrado la Navidad. 
En la actualidad es una fiesta que no solo involucra a los cristianos, sino que se ha convertido en un fenómeno cultural y comercial a nivel mundial. 

La esencia de la celebración es conmemorar el nacimiento en Belén de Jesús de Nazaret, la figura central del cristianismo. Sin embargo, los primeros siglos tras la muerte de Cristo, no existía la costumbre de recordar su nacimiento como un hecho religioso importante. No fue hasta el siglo IV que fue fijada una fecha para la celebración, como vimos en el artículo “Por qué se celebra la Navidad“. Acompáñanos a conocer la Historia de la Navidad y cómo ha cambiado esta festividad a lo largo de los siglos.

La Navidad tal como la celebramos empezó en el siglo XIX. 
Numerosas tradiciones de diferentes países fueron conformando la festividad que hoy conocemos como Navidad y que es muy diferente de la de siglos anteriores. La fe ha dejado paso a una fiesta más social en la que, sin embargo, no se olvida, por lo general, el espíritu que la propicia: el amor, la alegría, la generosidad y la buena voluntad alrededor del mundo. Para impregnarte del espíritu navideño, te recomendamos consultar esta selección de frases de Navidad.

Historia de la Navidad y sus cambios en el tiempo

Durante los primeros siglos del cristianismo la celebración importante era los que hoy denominamos Semana Santa, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Cristo. La fecha del nacimiento de Jesús no era importante, entre otras cosas porque la tradición judía no celebraba los natalicios.

Tanto Ireneo de Lyon como Tertuliano elaboraron listas de festividades cristianas entre los siglos II y III y en ellas no consta la Navidad. Aunque a partir del siglo III, en algunos lugares empezaron a especular sobre la fecha del nacimiento de Cristo, no fue hasta el 25 de diciembre del año 336, durante el reinado del emperador Constantino que empezó a celebrarse. En el año 354, el Papa Liberio decretó como fecha oficial la propuesta por su antecesor Julio I y el 25 de diciembre quedó fijado para conmemorar el natalicio de Jesús. 

A partir de ese momento se iniciaron las celebraciones que se conocen como “Tiempo de Navidad” que se inician con la Noche Buena y finalizan el día de la Epifanía. Diciembre era una fecha perfecta para una celebración gozosa en Europa. En esa época del año, en la mayoría de hogares había carne en abundancia ya que se sacrificaba parte del ganado para no tener que alimentarlo durante el invierno y los vinos y cervezas elaborados a lo largo del año estaban a punto para ser bebidos.

La Navidad en la Edad Media
Durante la Edad Media las celebraciones paganas relacionadas con el solsticio de invierno fueron sustituidas por la Navidad. Así los líderes religiosos consiguieron que la nueva religión fuera bien aceptada ya que no prohibía las fiestas tradicionales, simplemente las modificaba.

Durante la Edad Media se añadió al Tiempo de Navidad el Adviento que era una época de ayuno, meditación, prédicas, penitencias y oraciones  previa a las celebraciones navideñas. Empiezan a entonarse cánticos especiales para las fechas que estarán en el origen de los Villancicos actuales y se adornan las casas con ramas de acebo, hiedra y velas e incluso, siguiendo la tradición iniciada por San Francisco de Asís, se coloca en las casas una pequeña cuna o un pesebre. La celebración de la Navidad fue en la Edad Media algo parecido al Carnaval ya que tras la Misa del Gallo, el júbilo de los creyentes pasaba en muchas ocasiones a ser un exceso que incluía bromas y travesuras. La misa del Gallo nació en la Edad Media y se llama así porque la tradición afirma que el Gallo fue el primer animal en anunciar el nacimiento de Jesús. También era común en esos siglos que los pobres se acercasen a los hogares pudientes para reclamar donativos.

La Navidad en la Edad Moderna
Con la llegada del protestantismo, la Navidad cambió en Europa. Se consideró que era una “invención papista” y durante un tiempo dejó de celebrarse. Sin embargo, la gente protestaba por la anulación de una celebración que amaba. En Gran Bretaña, Cromwell canceló la Navidad en 1645 y no fue reinstaurada hasta que Carlos II recuperó el trono. Los peregrinos puritanos a América del Norte tampoco celebraban la Navidad ya que para ellos no tenía valor pues no estaba fijada en la Biblia.

En los países católicos, las celebraciones fueron una prolongación de lo que se había iniciado en la Edad Media. El Adviento precedía al Tiempo de Navidad que se extendía desde Noche Buena hasta el Día de Reyes.

La Navidad a partir del siglo XIX
A partir del siglo XIX, la Navidad cambió y fue afianzándose como la fiesta socio-religiosa que es hoy en día añadiendo el intercambio de regalos, las tarjetas de felicitaciones o la incorporación de Santa Claus en muchos países. Sin olvidar el origen cristiano, desde el siglo XIX ha mezclado el aspecto religioso con una tradición que prima la convivencia familiar y el consumo.
Muchos autores marcan un antes y un después en la historia de la Navidad a partir de la publicación del libro de Charles Dickens “Cuento de Navidad” publicado en 1843. La obra dio impulso a la reinvención de la Navidad como una fiesta familiar e hizo especial hincapié en su aspecto compasivo y de buena voluntad.

Entre los elementos que conforman la celebración actual están los villancicos, el belén o el árbol y todos tienen su lugar en la historia de la Navidad.

Villancicos
Los villancicos eran originalmente una forma musical poética y de origen popular típica de Castilla y Portugal que se desarrolló especialmente en los siglos XV y XVIII. Aunque en un principio eran canciones profanas, posteriormente fueron adaptándose para cantarse en las iglesias y en específicamente en Navidad. Sin embargo, los primeros himnos que se entonaron en honor de la Navidad están fechados en el siglo IV en la Antigua Roma. A lo largo de los siglos fueron cambiando hasta llegar a nuestros días siendo las más conocidas “Noche de Paz” que nació en el siglo XIX, “White Christmas” de mediados del siglo XX o la popular “Feliz Navidad” de 1970.

El Belen
A pesar de que ya en las catacumbas de Roma existen representaciones plásticas del nacimiento de Jesús, la tradición del Belén o Pesebre es según los historiadores un invento franciscano. El primer pesebre se montó la Nochebuena de 1223 y fue en una cueva próxima a la ermita de Greccio para la prédica navideña de San Francisco de Asís. Este pesebre no tenía personajes humanos, sino únicamente animales. La leyenda cuenta que en el pesebre apareció un hermoso niño que San Francisco cogió entre sus brazos.

Los franciscanos utilizaron el pesebre y su humildad en su lucha contra las órdenes más ricas, cercanas al poder político, y alejadas del pueblo y de la verdadera doctrina cristiana. A partir de este testimonial origen, tomó su lugar en la Historia de la Navidad.

Árbol de Navidad
El origen del árbol de Navidad parece estar en los pueblos germanos y escandinavos que el 26 de diciembre celebraban el nacimiento del dios nórdico Frey. Entre sus tradiciones estaba adornar un árbol de hoja perenne para que representase a Yggdrasil, el árbol del Universo, y en esta tradición está el origen del árbol de Navidad que fue adoptado al llegar el cristianismo a esas tierras. 

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