Partamos de una base: a todos nos gusta que lo que hacemos sea apreciado y valorado por los demás, que todos estén de acuerdo y conformes con el resultado.
Pero hay algo indiscutible: eso es imposible.
Sea cual sea el ámbito en el que desarrollas tus actividades, las críticas son inevitables: en el estudio, en el trabajo o en el hogar. Te criticarán si algo está mal hecho, pero también si no se hace; en ocasiones, se critica cómo se hizo y en otras, para qué y hasta el cuándo.
Lo importante es que sepas qué hacer con esas críticas, que no se transformen en un freno o en una fuente de conflicto interno y malestar.
Estas ideas te servirán para enfrentarlas y que pasen a ser algo positivo.
No temas al qué dirán, este sentimiento puede llegar a paralizarte… e igualmente te criticarán por no hacer nada.
Si alguien hace un comentario negativo, tu actitud debe ser: “esa es tu opinión, pero yo pienso diferente”. Importante: no caigas tampoco en cerrarte a las críticas, quizás alguna de ellas te sirva para mejorar.
Cuando alguien está realmente convencido de lo que quiere hacer, las opiniones contrarias solo hará que se reafirme en sus convicciones. Si a la primera crítica cambias de idea, quizás la convicción que te impulsa no es tan firme.
No comentes tus proyectos cuando aún no están muy desarrollados, en esa etapa una crítica puede hacer tambalear tu idea, simplemente porque está muy inmadura aún.
Aléjate de la gente malintencionada, aprende a diferenciar una crítica constructiva de una destructiva.
La primera te servirá para mejorar, la segunda solo busca perjudicar.
Reconoce y dale valor a las críticas que vengan de personas que sepan de lo que hablan: si proyectas un negocio, la opinión de un artista quizás no sea la más adecuada. Elige con quién comentarás tus proyectos, para que sepan darte opiniones de valor. Muchas veces las críticas provienen incluso de gente que nada ha hecho: esas opiniones no cuentan.
Nunca permitas que una crítica te paralice: utiliza el sentimiento que te genera para que funcione como un impulso, no como un freno.
Te será más fácil enfrentar cualquier crítica si lo que haces es lo que realmente deseas: tu convicción interna es siempre el mejor impulso para lograr las cosas.
Si algo salió mal, lloverán las críticas, pero también deben estar las tuyas y estas son también difíciles de soportar.
No seas condescendiente contigo mismo, pero tampoco inflexible ni exageradamente riguroso: analiza la situación, saca las enseñanzas que te servirán para hacerlo mucho mejor la próxima vez.
Seguí tus sueños, eso que te impulsa y te hace sentir bien.
Recuerda que más tarde lamentarás más las cosas que dejaste de hacer que aquellas que no salieron, pero lo intestaste… y por supuesto, por ambas cosas te criticarán.
enamorando.me
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