Muy pocos lo saben, pero el número 23 no es un número cualquiera, de esa cifra y sus peculiaridades se a hablado bastante, y si hoy la traemos a colación, es porque este número es bastante extraño.
A mediados de 1958, el escritor William Burroughs, entrevistaba a cierto capitán, Jonas Clark, quien se jactaba de haber navegado durante años, sin haber sufrido accidentes de ningún tipo.
Pero, justo en la tarde de aquel mismo día estuvo a punto de morir ahogado, cuando su lancha pesquera, chocó contra un carguero holandés con el número 23 en su proa. Aquella noche Burroughs, escuchaba la radio y justo a las 23 horas, 11:00 p.m., un extra, anunciaría que el vuelo 23 de Panamerican Airlines se había estrellado, a kilómetros del aeropuerto de Londres.
Una hora después, el escritor releía un guion teatral suyo, acerca del famoso gángster llamado Dutch Schultz, aquel maleante había muerto en la calle 23 de Nueva York, alcanzado por disparos de un policía cuya edad era de 23 años.
Refiriéndose a lo anterior, en un artículo para la revista ciencia, el autor Robert Wilson comentaría, que una de sus obras teatrales, había sido estrenaba un 23 de noviembre, y en los diálogos ese número 23, se repetía 23 veces, también haría referencia a que el renombrado investigador Arthur Koestler, comentaba en su libro “raíces de la coincidencia”, otro aspecto curioso referente al número 23.
Según Arhur Koestler, cierto profesor, Hans Ziser de la Universidad de Viena, solía comentar acerca de la constante presencia del 23 en su vida, por ejemplo: siempre vivió en la casa número 23 de una calle en la capital austriaca, su oficina se encontraba en el número 23 de otra avenida vienesa, y la residencia de su madre, donde él había nacido, era el número 23 de la avenida Alser,
Dicha señora, había comprado una novela por 23 marcos para leer durante un viaje a Montecarlo, en la trama de esta novela, uno de los personajes apuesta 23 mil francos, al número 23, ganando una gruesa suma de dinero. Ya en Montecarlo la dama opta por hacer lo mismo y también ganaría varias veces apostando al número 23.
También tenemos que decir que el numero 23, esta en muchas cosas que nos rodean, los padres contribuyen con 23 cromosomas cada uno, para engendrar un hijo, la sangre tarda 23 segundos en recorrer el cuerpo humano, también hicieron una película sobre el número 23.
Por su parte Warren Weaver, celebre matemático, y autor del libro, “diosa fortuna, la teoría de probabilidades”, cierta vez comentó y citamos: “si usted es de quienes gustan ganar apuestas, no estaría de más tener en cuenta esa posibilidad, que al reunirse un grupo de 23 personas es casi seguro, que por lo menos dos de los presentes hayan nacido en el día 23”.
Lo anterior lo comentó Weaver, durante una cena que compartía con oficiales del ejército estadounidense, y uno de los presentes sugirió que, si bien solo habían allí, 22 invitados, y a pesar de que no eran 23 los allí reunidos, dos de los comensales si coincidían en haber nacido un día 23.
Ello motivó comentarios burlones acerca de que eso del número 23, y las coincidencias no era más que mera especulación, pues se había cumplido también con solo 22 invitados. Justo entonces la camarera que atendía a los comensales, asombró a todos diciendo, “pido perdón por entrometerme, pero si hay 23 personas en esta sala, pues no me contaron a mi, que efectivamente nací en un día 23, número que comparto con un general aquí presente”.
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