El de los solteros es un target que va en auge, y para las marcas se ha convertido en un sector muy valioso. Pero, qué pasa cuando alguien vuelve a la soltería sin quererlo? Cuáles son los miedos y las actitudes más comunes?
Pues depende, claro. Básicamente de las circunstancias en las que se haya producido esa nueva soltería. “La mochila emocional cambia según el momento vital en el que nos encontramos, y de la relación y del tipo de relación que teníamos con nuestra anterior pareja”, explica la sexóloga Isabel Moreno.
En el caso de una ruptura, “entre los nuevos solteros, la soledad tiene mala prensa si eres al que han dejado, pero no si eres el que ha roto y te entregas a la vida loca”.
Y es que la soledad también tiene su narrativa. “Si es disfrutada y consciente y quemas todos los cartuchos, entonces es algo valorado y hay mucha gente que quisiera ser soltera”, dice Cabero. Por otro lado, hay quien entiende que “estar solo es estar cojo, no estar completo, ya que la plenitud es estar en pareja”, añade Moreno. En este caso se vive, obviamente, de otra manera.
Según esta sexóloga, incluso “hay personas que tras una ruptura o la pérdida de su compañero tienen miedo a volver a tener pareja, a tener que volver a empezar y, sobre todo, tienen miedo a volver a fracasar”. Pero al final, no les quedará más remedio que “hacer frente al hecho de estar solo y darle el mismo valor que al hecho de estar en pareja, independientemente de que hayan elegido o no volver a ser solteros”.
Tener que volver a hacer frente a buscar un compañero sexual es uno de los temores cuando alguien recupera la soltería.
Y en ese volver empezar se incluyen las relaciones sexuales. Hay que tener en cuenta que “en momentos así todo el mundo descubre que tiene una inseguridad terrible. Cuando nos dejan nos están diciendo que ya no nos encuentran atractivos y nos preguntamos si seremos capaces de volver a gustar”. Por eso “tenemos que aprender a comunicar nuestro propio cuerpo desde la seguridad y la convicción”.
Eso y cometer el error de “centrarse más en el dar que en el autoplacer; inseguridad en eso que hacías tan bien, y no entender que el placer del otro es responsabilidad suya y no nuestra”, dice Moreno. Esta situación puede crear problemas especialmente en los hombres, “que se manifiesta, por ejemplo, en problemas de erección”, ya que son más proclives a exigirse un gran rendimiento”, añade esta sexóloga.
Las mujeres por contra, “tienen necesidades sexuales diferentes, e inicialmente no tienen interés en tener ninguna relación, y prefieren explorar su sexualidad de forma individual. Hay mujeres que, tras quedarse solteras, se sientan liberadas y tienen interés por conocerse”, afirma Moreno.
Como tendencia, “las mujeres históricamente han tenido una mayor conexión con su emocionalidad de una forma más activa, mientras que los hombres han conectado más con el ser y con el tener”.
Es más habitual que “los hombres busquen más rápidamente una pareja, mientras que las mujeres no quieran volver a limpiar los calzoncillos de nadie nunca más”.
Como es lógico, también cada edad y cada momento vital marcan focos diferentes centrados en nuestras expectativas y nuestras necesidades. En general, en aquella edad en la que vida está por construir, solemos acusar más el golpe. “Por ejemplo, en el momento en que las personas se plantean ser padres sufrir una ruptura suele ser muy crítico”.
Los expertos recomiendan, después de una ruptura, tomarse las cosas con calma y no encallarse en la tristeza
Eso sí, hay que tener en cuenta que no hay fórmulas mágicas. “Hay que abrir la mochila emocional, sin miedo, y sentir las emociones” –dice la sexóloga– y tratar de no quedarse “encallado en la tristeza”.
lavanguardia
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