En
tiempos de modernidad liquida y fugacidad, donde lo efímero marca la
permanencia en el tiempo y lo conocido ocupa el acervo del ritual de lo
cotidiano que conlleva a la falta de sorpresa,
pareciera como condición “sine qua non” que lo antiguo es viejo y que de
alguna forma, pasado de moda.
Sin
embargo hay varios vinos avalados por su historia, etiquetas que trascendieron
generaciones y siguen presentes en vinotecas y restaurantes del país. Ellos
configuran el presente de los clásicos.
Quizás la clave de esa vigencia esté en la calidad de su elaboración y
el concepto de trascendencia arraigada en las bases de la bodega.
Bodegas López nace con el sueño de José Gregorio López Rivas cuando en
1886 llega a la Argentina, proveniente de España, donde cultivaba junto a su
familia predios con viñas y olivos, escapando de la filoxera, que afectaba a
las vides en Europa.
Con
el tiempo, desde la zona de Maipú en Mendoza,
comienza a forjarse el estilo “López” que daría nacimiento a varios
clásicos de la vitivinicultura Argentina.
Es
así que en 1934 se presenta uno de los que continúan hasta nuestros días:
Chateau Vieux. El diseño de la tipografía de la marca de la etiqueta fue
realizado por Don José Federico López, hijo de ese soñador español, continuando
con leves diferencias en la actualidad.
Chateau Vieux se produce, desde su aparición, con igual corte y uvas de
las mismas fincas que antaño. El blend está compuesto de Cabernet Sauvignon
(70%), Merlot (20%) y Pinot Noir (10%) elaborado en toneles de roble francés,
de 5.000 a 20.000 litros de capacidad, donde el
vino evoluciona favorablemente durante largos años adquiriendo una
notable complejidad de sabores y aromas, como tradicionalmente, durante 8
largos años para luego comenzar su reposo en botella.
La
añada 2009 es equilibrada y joven, frutada pero con una marcada presencia de
pimiento y no por ello menos sedoso. Es un vino de color rubí intenso y brillante que debido a su estancia con la
madera se muestra con delicados matices caoba. Es redondo, armónico, franco y
equilibrado. Si dudas, posee una elegancia que seguirá profundizándose con el
paso del tiempo, en al menos unos 10 años más.
Los
clásicos forjan y sellan su destino en la confianza que inspiran con su
trayectoria en el tiempo. Donde la credibilidad del producto no se entrega a
merced de costos y cambios estilísticos. Y el mayor logro de estos vinos, y
entre ellos Chateau Vieux es lograr establecer una relación con su consumidor
que es afianzada en el tiempo.
Dario Le Bihan
Sommelier Comunicador
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