Pasó más de medio siglo (53 años) desde que Margarita II, la reina de Dinamarca, visitó la Argentina por primera vez, como princesa heredera al trono, por aquel entonces en poder su padre, Federico IX. Estuvo en Necochea, Tres Arroyos y Tandil, el llamado "Triángulo danés", donde se encuentra el mayor número de inmigrantes de esta colectividad.
Seis años después, ante la muerte del rey, el 14 de enero de 1972, Margrethe Alexandrine Porhildur Ingrid asumió la Corona y no la soltó más. Al filo de los 79 años (los cumplirá el 16 de abril), llegó este domingo a Buenos Aires en un vuelo comercial, a tono con la clásica austeridad danesa, acompañada por el mayor de sus dos hijos varones, Federico, quien la sucederá en el trono.
Serán tres días de visita de Estado (del lunes al miércoles), que incluye un encuentro con el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, adonde compartirán un almuerzo este lunes. Margarita, que goza de gran popularidad en su país (según una encuesta, ronda el 80 por ciento de imagen positiva), irá además al Congreso, a la Corte Suprema, al Teatro Colón (le fascina el tango), participará de una cena de gala en el Hotel Alvear y hará un viaje a Tandil, casualmente la ciudad natal del mandatario argentino, entre otras actividades.
También vendrán 31 empresarios con inversiones en el país, basados en tres ejes: sustentabilidad, salud y agronegocios. Entre esas compañías se encuentran Vestas, Danfoss, Christian Hansen, Food Nation, Novo Nordisk, Novozymes y State of Green.
En la delegación oficial figuran asimismo los ministros Anders Samuelsen (Relaciones Exteriores) y Jakob Ellemann-Jensen (Medio Ambiente y Alimentos).
Este año hay elecciones presidenciales en Dinamarca y aún no se definió la fecha, ya que es habitual que se anuncie recién tres semanas antes de los comicios. La monarquía es constitucional y ya cumplió más de mil años, con los ancestros vikingos.
Margarita II es la jefa de Estado, pero el que gobierna es el primer ministro, quien le informa regularmente sobre la marcha de la gestión, al igual que el canciller. Desde 2015 está en el poder Lars Lokke Rasmussen, del partido liberal Venstre que, en realidad, es una coalición de centroderecha.
La reina tiene dos palacios de residencia, según la época del año: Fredensborg (30 kilómetros al norte de Copenhague) y Amalienborg (en el centro, donde miles de turistas asisten diaramente al cambio de guardia de los soldados).
Según informó el embajador danés en Buenos Aires, Soren Vohtz, Margarita irá el martes a Tandil para hacerle una ofrenda al monumento en honor a Juan Fugl, uno de los pioneros de la inmigración danesa que fue innovador en la siembra de trigo e instaló el primer molino harinero en la zona. Ese mismo día, Federico encabezará una actividad paralela: estará en Bahía Blanca para inaugurar un parque eólico, con los molinos de la empresa Vesta.
Federico (50), fanático del deporte y experto en finanzas, está casado con la abogada australiana Mary Donaldson, a la que conoció en un bar mientras estaban en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Pese a la resistencia inicial de la reina, el amor prosperó y ahora el matrimonio tiene cuatro hijos (Christian e Isabel, más los mellizos Vicente y Josefina).
El heredero al trono ya estuvo en Buenos Aires el año pasado, durante los Juegos Olímpicos de la Juventud, adonde acompañó a la delegación de deportistas daneses.
Joaquín (49), el segundo hijo de Margarita, estuvo una década casado con Alexandra Christina Manley, una ciudadana de Hong Kong. Tuvieron dos hijos varones. Volvió a contraer matrimonio en 2008 con la francesa Marie Agathe Odile Cavallier. Son padres de un nene y una nena.
Por las venas de Margarita corre sangre real de absoluta pureza. Su madre fue Ingrid, princesa de Suecia (hija del rey Gustavo VI Adolfo) y reina consorte de Dinamarca, quien murió a fines del 2000. Y su padre, Federico IX, quien llevó adelante su monarquía bajo el lema "Con Dios por Dinamarca". Se casaron el 24 de mayo de 1935 en la catedral de Estocolmo.
El marido de Margarita, que es la mayor de tres hermanas, fue el conde francés Enrique de Laborde de Monpezat, un diplomático y militar que falleció a los 83 años, el 18 de enero de 2018.
A partir de la boda con Margarita, en 1967, debió aceptar el papel de segundón. Estas limitaciones lo llevaron a quejarse públicamente contra su esposa, al punto que un sector de la prensa danesa lo bautizó "El príncipe llorón". La reina solucionó las cosas al estilo danés: puertas para adentro y con firmeza.
"Estuvimos juntos 'apenas' 58 años. Es hermoso haber pasado ese tiempo. Tuvimos dos hijos que a su vez tuvieron muchos hijos. Tengo ocho nietos. Mi marido vino de Francia; es la influencia francesa en mi vida. Viajamos muchas veces a Francia. Solíamos hacerlo en verano, solíamos tomar vinos. Mi marido tiene un lugar prominente en mi vida; y por supuesto, en mi familia", contó.
EMJ / CLARIN
0 comentarios:
Publicar un comentario