Este ejercicio terapéutico consiste en escribir una carta dirigida a la persona por la que estás sufriendo. Nunca llegará a su destinatario, puesto que no la vas a enviar. Aun así, redáctala de la forma más realista posible, como si fueras a entregársela.
Comiénzala por:
“Querido X: Te escribo esta carta porque…”.
Para ayudarte a escribir esta carta, reflexiona acerca de:
Qué sientes por esa persona en la actualidad? Qué sentías en el pasado?
Qué cosas querrías decirle pero no te atreves?
Qué te ha quedado pendiente?
Qué le agradeces? Qué le reprochas?
Qué emociones tienes? Qué pensamientos tienes?
Qué necesitas? Qué le pedirías?
Cuál es tu objetivo a partir de ahora?
Puedes plasmar en esta carta todo lo que desees y hacerla tan extensa como necesites. En su elaboración se te removerán muchos sentimientos y sensaciones que forman parte del efecto sanador de esta carta.
Cuando la hayas terminado, reléela las veces que quieras. Puedes guardarla y conservarla durante algún breve tiempo… pero, cuando te sientas preparado, deberás realizar un ritual simbólico con esta carta. Tendrás que quemarla, enterrarla, romperla o deshacerte de ella de la forma que sea, como una forma de decir adiós y cerrar el círculo negativo de esos sentimientos.
elportaldelhombre
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