Uno de los problemas más comunes durante el invierno es la sequedad ocular, que suele ocurrir consecuencia de los vientos fríos, la calefacción y la contaminación.
Los males más comúnes y cómo cuidar tus ojos en estos meses
Sequedad ocular. Para minimizar los síntomas de este mal es bueno mantenerse hidratado y aumentar el consumo de omega-3.
Enrojecimiento ocular. Se presenta con inflamación en el área de los ojos y párpados o con decoloración en los ojos. Podría deberse a ojo seco y alergias estacionales. Para reducir la incomodidad se debe aplicar una compresa fría y tomar un analgésico de venta libre; si los síntomas continúan acuda al oftalmólogo.
Exceso de lagrimeo. Puede ocurrir también por el frío, los vientos cortantes y las alergias estacionales. Si tus ojos comienzan a lagrimear cuando salís o cuando el viento sopla en tudirección, lo mejor es usar lentes de sol. Si experimentas lagrimeo excesivo incluso en el interior, probá con un medicamento para la alergia. Si aún así continua el problema, visitá al Oftalmólogo.
Las temperaturas extremadamente bajas hacen que los vasos sanguíneos de los ojos se contraigan y esto puede causar cambios inmediatos en la visión, como visión borrosa y visión doble. Si notás cambios en la visión mientras estás afuera en el frío, mejor ir a un área cálida lo antes posible. Si la visión no se normaliza después de 30 minutos, buscá atención médica.
Las personas que practican deportes y actividades al aire libre tienen más posibilidades de tener quemadura solar por eso es recomendable usar lentes con protección UV.
Cuadros más severos pueden deberse a conjuntivitis alérgica o en otros casos a herpes ocular, se recomienda consultar con un Oftalmólogo. Si bien algunos de estos problemas desaparecerán a medida que aumenten las temperaturas, otros pueden volverse más incómodos y potencialmente peligrosos sin atención médica.
Fuente: Viú
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