Cuándo fue la última vez que dormiste bien?
La última vez que te levantaste con ganas y te enfrentaste al día sintiéndote fresco, con energía?
Con el ritmo de vida del mundo moderno, puede ser muy difícil obtener la cantidad de sueño óptimo para nuestro rendimiento.
Pero la ciencia es clara: el buen dormir es fundamental para la salud y el éxito.
No es, como quizás piensen algunos, una posición defendida sólo por gente perezosa, débil o cobarde. Con los estudios sobre los hábitos y horarios de sueño de las personas más exitosas, como Albert Einstein o Martha Stewart, los ejecutivos que buscan éxito consideran cada vez más importante dormir las horas necesarias.
El libro “El negocio del sueño: Cómo dormir mejor puede transformar tu carrera” explica que descansar más horas aporta una mejor capacidad de concentración, impulsa la creatividad y desarrolla nuestra capacidad de toma de decisiones. Se alinea con la tendencia que existe actualmente de que más horas de trabajo no contribuyen a un mejor desempeño y, es más, en realidad lo empeoran; la falta de sueño y descanso empieza a tenerse más en cuenta en las empresas más importantes.
Se induce que tomamos tres tipos de decisiones a la hora de trabajar.
Las primeras son las monótonas, que se realizan todos los días; en el segundo grupo están las que se basan en la recogida y procesamiento de información; y las terceras son las que dependen de un pensamiento divergente, requieren mucha creatividad y son claves para momentos de crisis. Son las decisiones que pueden diferenciar entre que un negocio sea un éxito o un fracaso.
El sueño es también una especie de “reloj biológico”, que regula el funcionamiento del cuerpo humano y cuyo descubrimiento por parte de los estadounidenses Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young fue digno del premio Nobel de Medicina de 2017. Gracias a este avance, se ha abierto un nuevo campo de investigación para la biología y la medicina, basado en la identificación concreta de los genes que componen el reloj biológico.
Este mecanismo “regula funciones críticas como el comportamiento, los niveles de hormonas, el sueño, la temperatura corporal y el metabolismo”, se optimiza dependiendo del organismo cuando está bien sincronizado con las revoluciones de la Tierra.
Un desequilibrio de cualquiera de estos elementos conlleva un aumento del riesgo de varias enfermedades, tales como el cáncer, enfermedades neurodegenerativas y trastornos metabólicos. También mayor riesgo de depresión, trastorno bipolar, de la función cognitiva y la formación de recuerdos. Padecer cualquiera de estas condiciones perjudica sustancialmente nuestro rendimiento, y, por lo tanto, nuestro potencial éxito.
El sueño es fundamental para el funcionamiento del reloj biológico, fruto del ciclo de luz y oscuridad de nuestro planeta y conservado a lo largo de la evolución. La luz del sol nos ayuda a sincronizarlo, mientras que la exposición a un exceso de luz a horas inapropiadas puede perturbarlo. Parece que tiene sentido pensárselo dos veces antes de engancharse a dispositivos móviles a horas intempestivas o dormir poco por sistema.
Laotracaradelamoneda
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