La colaboración entre tres universidades australianas (Monash University, la University of South Australia y la University of Melbourne) ha dado como resultado un ambicioso estudio, publicado en la revista 'Future Neurology', que evidencia los beneficios de actividades como el yoga o el taichí en el tratamiento y prevención de los accidentes cerebrovasculares tras consultar los resultados de 26 estudios sobre la materia publicados entre 1985 y 2017.
En el caso de los supervivientes de un accidente cerebrovascular, las posibilidades de que vuelvan a sufrir uno en los siguientes 10 años es de un 43 por ciento, un 32 por ciento en los cinco años siguientes y un 16 por ciento en el primer año por lo que la actividad física juega un papel importante para prevenir que se repitan. Y es en este punto, en personas con movilidad reducida tras sufrir un accidente, donde actividades como el yoga o el taichí adquieren relevancia.
"Aquí es donde el yoga y el taichí son claramente útiles y necesarios por diversos factores. Son actividades suaves, se basan en el movimiento y ayudan a las personas a concentrarse, un estado mental que los supervivientes de accidentes cerebrovasculares a menudo pierden, mientras se mantienen activos al mismo tiempo", explica el doctor Maarten Immink.
De igual forma, ambas actividades son altamente recomendables a la hora de prevenir posibles contingencias ya que ayudan a moderar los factores de riesgo clave para sufrir un accidente cerebrovascular como la presión arterial, el colesterol, la diabetes, la fibrilación auricular, el consumo de alcohol y tabaco, la obesidad, la ansiedad y la depresión.
as.com
0 comentarios:
Publicar un comentario