Como madre o padre seguramente has presenciado varias rabietas de tu hijo en público y mientras veías a tu hijo patalear y llorar pensabas: "ojalá existiera un control remoto para poner mute".
Las rabietas no siempre se dan por causa de un capricho incumplido. Son una forma que tienen los niños de expresar un desagrado o malestar, puede ser mediante gritos, llantos o incluso vómitos.
Para enseñarle a tu hijo a controlar sus emociones (y dejar de pasar vergüenza en público), tienes que conocer estas 3 técnicas para desactivar las rabietas.
1. No hagas tú una rabieta
Gritarle al niño que se calle o que se levante del suelo solo empeorará la situación. En este momento es probable que el niño se encuentre demasiado frustrado y enojado como para entenderte, así que no te unas a él.
Respira profundo e intenta identificar las emociones de tu niño: hay algo que no está sabiendo bien cómo expresar y la rabieta es su modo de liberación.
2. Encuentra el motivo por el cual comenzó a realizar el berrinche
Debes hallar la razón por la cual el niño ha comenzado una rabieta. Piensa si tiene hambre, si su fiebre esta normal o si algo irregular le está sucediendo.
Cuando conozcas la razón por la cual se comporta mal, podrás desarrollar un plan para evitar una rabieta en el futuro.
3. Mantén la calma durante las rabietas
Si tu hijo no presenta fiebre o algún malestar y solo llora por capricho, no debes perder la cabeza mientras grita desconsoladamente frente a ti. Es una situación muy frustrante pero de esta manera entenderá que no es la mejor forma de comunicarse contigo y cesará el llanto.
Si las rabietas surgen por algún malestar que esta padeciendo el pequeño, es importante que lo lleves inmediatamente a un control. Si su salud está bien, es probable que tenga rabietas para manipular a sus padres y así conseguir lo que desea.
Cuando el niño se haya estabilizado debes explicarle al niño que manipular no es el camino correcto para conseguir lo que desea, que hay otras formas de expresar las emociones y los deseos.
Ten presente que debes trabajar tus emociones antes de exponerte frente a ellos. Nunca pierdas los estribos frente a los niños, recuerda que estos son grandes observadores y tomarán en cuenta cada acción que tú realices y demuestres frente a un problema.
vix
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