Japón empieza a conocer los efectos negativos del turismo de masas. Las principales afectadas por esta avalancha de visitantes son sus geishas, mujeres expertas en artes tradicionales del país nipón que se dedican a entretener en fiestas, reuniones o banquetes.
La imagen de una geisha o de una maiko (aprendiz) es tan llamativa que las personas que se cruzan con ellas en la vía pública tratan de inmortalizar el momento fotografiándolas o haciéndoles un vídeo, pero no se dan cuenta de lo molesto puede llegar a ser para ellas. Incluso algunas de las imágenes que circulan por la redes sociales muestran a grupos de individuos con el teléfono en la mano persiguiéndolas por las calles del barrio de Gion, Kioto, lo que puede llegar a ser tremendamente estresante para ellas.
El acoso de los turistas a este símbolo del país del sol naciente llega hasta tal punto que las autoridades han iniciado campañas para acabar con esta práctica.
El objetivo es preservar la intimidad de estos populares personajes informando a los turistas sobre los límites y el respeto a las privacidad de las personas en espacios públicos.
El país asiático tiene una legislación muy estricta en este sentido. Por otro lado, en algunas de las calles de la principales ciudades japonesas ya se pueden ver carteles advirtiendo de la prohibición de este acoso. En ellos aparece el dibujo de una geisha con una mano al lado y un aspa de color rojo en señal de prohibición. También hay voluntarios ofreciendo información a los turistas sobre cómo deben comportarse y distribuyendo folletos. Algunas páginas web como Togetter también publican numerosas informaciones, noticias o imágenes para concienciar del problema.
YAHOO
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