Una de las preguntas sentimentales que más se googlea es cómo salir de esa zona gris en la que aparentemente nadie quiere vivir. Porque no siempre es tan buena idea engancharte con un buen amigo
La friendzone es esa situación incómoda en una amistad en la que uno de los dos tiene un interés romántico o sexual en el otro y ese otro, nomás no. Pero ojo, para que hablemos de friendzone tiene que existir una relación de amistad de por medio. Es decir, si te gusta tu vecina, pero nunca has hablado con ella, no sabe ni cómo te llamas ni jamás ha hecho el mínimo esfuerzo por sonreírte de vuelta, no estás ni en la zona.
Ahora, si se conocieron y fueron desarrollando una relación amistosa (si te gustó desde el principio o no, no es tan relevante), pero pasan tiempo juntos, van al cine, salen con sus amigos y demás cuestiones amistosas, pero no ha manifestado interés romántico alguno por ti, entonces sí vives en ese limbo.
ES DE VALIENTES
Si lo que leíste te hace sentido y puedes cambiar el chip, ¡felicidades! Acabas de encontrar a tu nuevo mejor amigo. Pero si el sentimiento romántico es tan fuerte que no puedes cambiar el enfoque, entonces tal vez lo mejor es alejarte.
Para saber de qué lado te quedas necesitas hacer un ejercicio de introspección y, sobre todo, ser muy honesto contigo mismo:
Puedes verlo únicamente como amigo o siempre estarás deseando que un buen día cambie de opinión y te vea como algo más?
Puedes ofrecer una amistad honesta y abierta, con todo lo que eso implique?
Estás dispuesto a escuchar sobre sus nuevas relaciones y a ofrecer un consejo objetivo, y no uno que manipule a tu favor?
Ya si de plano no te aguantas y esto de la amistad no es para ti, la sinceridad siempre será tu mejor arma, y no se vale sentirse si él o ella no quiere contigo, no hay más qué hacer.
Ahora que si estás completamente decidido, sigue estos pasos para lograr tu objetivo:
1. Desaparece (un poquito): necesitas renegociar tu situación, y rogando o estando ahí todo el día no lo vas a lograr; recuerda que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
2. Crea competencia: sal con otros "amigos" y háblales todo lo que haces. Si se pone medio celoso o hace muchas preguntas, vas por buen camino.
3. Pídele cosas: qué crees? No solo que hagan cosas por nosotros nos hace sentir bien, entre más invierte alguien en nosotros, más se compromete.
4. Sé agradecido: si alguien hace algo bueno por ti, recompénsalo, pero con límites.
5. Analiza: después de un tiempo con estas conductas, revisa cómo ha cambiado su actitud y evalúa si vale la pena echarte al precipicio.
6. Aviéntate: una vez que estés seguro de que vale la pena arriesgarte, tienes tres opciones: invitarlo a una cita, una conversación directa o aventarte directo al beso.
Si tu deseo es tan, pero tan grande que sientes que te vas a morir si no haces algo al respecto, si no son tan amigos y estás dispuesto a que esa amistad se acabe, si te ha mandando señales más claras que la entrada de un hotel en Las Vegas... vas.
Pero, si sientes que es tu mejor amigo de la vida, que no podrías sobrevivir una crisis si esa persona te faltara o, ¡peor!, si está en una relación, mejor ni lo intentes. Aléjate tantito, pon distancia y no actúes. Trata de estar bien contigo mismo y eliminar los sentimientos en la medida de lo posible. El chiste es que estés consciente de lo que puedes perder y que valores lo que podrías ganar, pero siempre acuérdate de que salir de la friendzone es riesgoso y trae consecuencias. Así que igual es mejor salirse, pero pa' otro lado.
MOI
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