Durante la campaña a las presidenciales de Estados Unidos, que se iban a celebrar el martes 8 de noviembre de 1960, los espectadores norteamericanos fueron testigos de un hecho insólito: Jacquelyn Kennedy, esposa del candidato del Partido Demócrata, el entonces senador John F. Kennedy, apareció en las pantallas de sus televisores pidiendo el voto para su marido y lo hacía en lengua española.
Era la primera vez en la historia política del país en el que, a través de la televisión, se utilizaba otro idioma que no fuese el inglés para atraer a algún segmento concreto de los electores.
Y en este caso había sido Jackie, como popularmente era conocida, quien se había asomado a los hogares de millones de estadounidenses con el fin de atraer hacia su marido el voto hispano, algo que hasta entonces ningún otro candidato había considerado; al menos públicamente en ese medio de comunicación que congregaba a millones de personas frente a sus receptores.
Fue un spot de un minuto de duración en el que aparecía en un medio plano Jackie Kennedy en lo que aparentaba ser el salón de su casa y en un español bastante bien pronunciado iniciaba el anuncio electoral dando un saludo a los espectadores como esposa del senador John Kennedy, candidato a la presidencia de los Estados Unidos y acto seguido, sin entretenerse en florituras, el mensaje fue claro y contundente advirtiendo de los tiempos de peligro del planeta y cómo la paz mundial se veía amenazada por el comunismo, indicando la necesidad de tener en la Casa Blanca a un líder capaz de guiar, con mano firme, el destino de los estadounidenses. Terminaba su intervención pidiendo el voto para el Partido Demócrata y con un entusiasmado «¡Que viva Kennedy!».
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