Turismo esotérico, ufológico, espacial, sexual…hay para todos los gustos. Pero cuando creíamos haberlo visto todo, va y llega una nueva tendencia que está marcando un hito este verano: el tanatoturismo.
Según la RAE, es lo mismo que “turismo oscuro, “de duelo” o “de catástrofe”. Debido a la explosión de series marcadas por la tragedia, el drama humano y los argumentos oscuros ocurridos en la vida real, los empresarios han visto un nicho para crear este tipo de visitas sólo aptas para aquellos con ganas de emociones fuertes y llenas de vértigo.
El tanatoturismo te invita a lugares sobrios, fríos y tenebrosos donde se llevó a cabo algún crimen macabro o catástrofes nefastas para la humanidad.
La Zona Cero de Nueva York con el homenaje a las víctimas de los atentados a las Torres Gemelas, los campos de concentración de Auschwitz o los escenarios de clásicos de terror como la matanza de Texas son algunos de los lugares que hasta ahora venían siendo habituales en el turista que pasa por dichas zonas. Sin embargo, la tendencia ha cambiado y gran parte de la culpa por querer visitar los escenarios donde ocurrieron algunas de las atrocidades de la humanidad la tienen las series.
Hablamos de docuseries o dramatizaciones de éxito como El caso Alcásser o Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy en Netflix, Chernobyl en HBO y la fascinación reciente por el asesinato de Shaton Tate y la figura de Charles Manson provocadas por películas como Érase una vez en… Hollywood, así como series que contarán con el líder de su secta como personaje, como Mindhunter.
Cementerios, casas abandonadas, zonas del crimen y cárceles son algunos de los muchos espacios que se han puesto de moda este verano. El visitante quiere vivir, o al menos imaginar, en sus mismísimas carnes cómo fue ese momento oscuro, aterrador y sangriento que acabó con la vida de sus protagonistas de manera desgarradora. O sea, un poquito de masoquismo al cuerpo, hablando en plata.
No hay que más que echar un vistazo en Instagram y encontrar cientos de turistas tomándose selfies y fotos varias en sitios salidos de las series sobre tragedias macabras. Sin ir más lejos, el éxito de la crónica sobre el accidente nuclear de Chernóbil de HBO hizo que las agencias de la zona y de la ciudad fantasma de Prípiat registraran un aumento de turismo del 40% desde el estreno del primer episodio según publicó Reuters. Tal es el furor que el escritor de la serie rogó a los turistas que sean “respetuosos” con el lugar tras surgir decenas de fotografías inapropiadas en la zona. Allí, los visitantes deben pasar un control militar de pasaportes y son escaneados para detectar los niveles de radiación, y aunque no necesitan llevar trajes protectores, sí les piden que no toquen nada.
Cine54
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