La
historia del concreto constituye un capítulo fundamental de la historia de la
construcción. Su origen data desde la Antigua Grecia, hacia el 500 a. C., donde
se mezclaban compuestos de caliza calcinada con agua y arena, añadiendo piedras
trituradas, tejas rotas o ladrillos, dando origen al primer concreto de la
historia.
Pero no fue hasta 1845 donde se obtiene el prototipo del cemento
moderno, el portland. Esto posibilitó su uso para gran variedad de
aplicaciones, hacia finales del siglo XIX.
En
la vitivinicultura, la vasija de hormigón armado ya era utilizada en Europa en
la segunda mitad del mismo siglo; y Francia fue quien lideró la construcción de este tipo de
depósitos cuando en 1867 se concedió al francés Joseph Mornier su primera
patente para la construcción de cubas con esta nueva tecnología.
La
construcción de este tipo de contenedores en Mendoza se inició a fines del mismo
siglo, cuando se produjo la modernización de la vitivinicultura.
En
1963, el ingeniero Alberto Zuccardi, plantó las primeras vides en Maipú, Mendoza, y desde aquel
entonces Familia Zuccardi no ha dejado de crecer y desarrollarse hasta
posicionarse como un importante referente de la vitivinicultura argentina.
En
2016 y en manos de la segunda y tercera generación de la familia, Zuccardi
inauguró en el Valle de Uco la primera bodega en Paraje Altamira, San Carlos.
En
este proyecto el hormigón tiene un singular protagonismo principalmente en las
vasijas, que en vez de ser acero inoxidable, son de concreto. En el
establecimiento conviven diferentes tipos de contenedores, se trata de
recipientes troncocónicos de hormigón sin recubrimiento de epoxi: ánforas, huevos
y piletas con diferentes capacidades.
Zuccardi Concreto Malbec 2016 se elabora con uvas provenientes de la
Finca Piedra Infinita del Paraje Altamira en el Valle de Uco. Este lugar cuenta
con un terroir único con suelos superficiales y rocosos con grandes depósitos
de material calcáreo.
Fermenta
dentro de vasijas hormigón, con
levaduras provenientes del viñedo, y su crianza se realiza en piletas de
concreto. Es destacable el uso de racimos enteros. Lo que favorece el aumento de
la intensidad del color por concentración de taninos en el vino,
provenientes de los escobajos, los que al unirse a los antocianos impiden su
degradación.
Es
de color rojo intenso con matices violáceos, en nariz es sumamente fresco, con
un perfil herbal, y notas de frutas rojas frescas y flores. En boca es
elegante, con marcada acidez, jugoso, de taninos equilibrados y textura mineral
característica. Un vino de gran complejidad y final muy largo.
Una
botella de experiencias a la Tim Atkin reconoció con 95 puntos.
La
etimología de la palabra concreto significa “crecer unidos”. He aquí la
historia de un noble material y una bebida que recorrieron los años hasta
cruzar caminos y confluir en una unión que al parecer, crecerá en el tiempo.
Dario Le Bihan
Sommelier
Comunicador
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