Considero que toda persona, sobre todo en la infancia y juventud, tiene capacidad para ir modificando su actitud ante la vida e ir cambiando los aspectos de su personalidad que le provocan más rechazo o malestar.
# 1.- TENER UN CLARO DESEO DE CAMBIAR ESE MAL CARÁCTER
El primer paso es que el sujeto tome conciencia de su deficiencia y tenga un decidido y claro deseo de cambiar el mal carácter. Debe constatar que su forma de ser (dependiente, introvertido, celoso, etc.) es una fuente de sufrimiento para sí mismo y para los demás. Ésta es la premisa imprescindible para que se produzca el cambio.
# 2.- DARSE TIEMPO PARA EL CAMBIO
Los cambios no se pueden producir de la mañana a la noche (aquí podemos recordar el dicho: “vísteme despacio que tengo prisa”; un exceso de ansiedad por cambiar nos puede bloquear y también sorprender a nuestros familiares y amigos). Las prisas por modificar nuestra conducta pueden provocar un freno en nuestro deseo de cambio.
# 3.- PEDIR AYUDA PROFESIONAL SI ES NECESARIO
En tercer lugar, se debe pedir ayuda psicológica si comprobamos que no podemos cambiar el mal carácter por nosotros solos, sobre todo cuando los rasgos de nuestra personalidad son tan pronunciados que se convierten en un trastorno psíquico propiamente dicho. En este caso, la petición de ayuda no significa deficiencia, sino más bien el asumir que no tenemos fuerzas necesarias para conseguir el cambio propuesto.
# 4.- NO SER COPIA DE NADIE
Y en cuarto, y último lugar, el cambio no debe ser para parecerse a fulanito o menganito, sino para desarrollar al máximo las posibilidades que cada uno tiene. “Siempre es mejor ser un mal original, que una buena copia”, como le suele gustar explicar a un viejo amigo mío.
cuidatusaludemocional
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