miércoles, 5 de septiembre de 2018

TEST: descubra su tipo de temperamento

Posted By: CLAUDIA CORIN - septiembre 05, 2018

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No todos somos iguales, pero algunas personas tienen más tendencia a la melancolía o la ira que otras, así como hay quienes coinciden en ser más reservados, mientras que otros son más extrovertidos. Aprenda a manejar estos temperamentos.

El psiquiatra Jorge Téllez explica que el temperamento, el carácter y la personalidad tienen conceptos diferentes y vale la pena reconocerlos para poder así dirigirse de una mejor manera a una persona cuando se le quiere hacer una crítica constructiva. 

Según la clasificación de Hipócrates existen 4 tipos de temperamentos: 
sanguíneo, colérico, flemático y melancólico. 

El psiquiatra David León Vega desarrolló una investigación llamada 'La Danza de los temperamentos' que tiene como base un test con el cual podrá determinar cuál es su tipo de temperamento.

Al caminar:

A: Tiene un paso firme, resuelto. Pisa fuerte, camina rápido y seguro en una dirección determinada. No se deja desviar fácilmente.

B: Su paso es ágil. Salta, trota, camina en zig-zag y descuidadamente. Se deja desviar fácilmente.

C: Camina silenciosamente, concentrado, lento, arrastradamente. En ocasiones da la impresión de estar muy cansado o apesadumbrado.

D: Camina pausadamente, perezosamente. Su andar es tranquilo y constante. Nunca anda grandes distancias.

La mirada:

A: Tiene una mirada punzante, resuelta, firme y crítica. Mira calculadoramente y en ocasiones amenazadoramente.

B: Tiene una mirada plácida, lánguida e inexpresiva. A menudo cierra los ojos para dormir. Puede llegar a ser una mirada curiosa, pero de una curiosidad lenta, calmada.

C: Mira serio, preocupado o tristemente. En ocasiones, parece “mirar a las nubes”, pero suele estar “mirando hacia dentro”. Su mirada es bonachona, profunda y refleja admiración. Le gusta cerrar los ojos y meditar.

D: Su mirada es alegre, vivaz, amigable. A menudo curiosa.

El vestir:

A: Sigue la moda pero recatadamente. Viste siempre pulcramente y expresando algo. Sin embargo llama a veces la atención porque lleva un botón desabrochado, la camisa fuera o el pañuelo sobresaliendo del bolsillo y a punto de caérsele.

B: Elige colores oscuros, no le gustan los colores chillones ni las formas estrambóticas. Su ropa es siempre impecable.

C: Le gusta la ropa elegante, llamativa. Suele ir a la moda, puede llegar a gastar demasiado en ropa; o andar descuidado, desprolijo.

D: Le gusta la ropa buena, usar la que corresponde en cada caso. Quiere decir algo con la forma de vestir, sin querer ser llamativo ni demasiado elegante. Su ropa es práctica.

Al saludar:

A: Quisiera saludar a todos, pero no se atreve. Cuando saluda lo hace en forma cortés y amigable. Entrega todo al saludar.

B: Saluda justo cuando ya se ha pasado diez metros. Entonces lo hace cortés y amigablemente. En ocasiones puede pasar silenciosamente sin saludar a nadie.

C: Solo saluda cuando le parece necesario y apropiado. Cuando lo hace es notoriamente, en forma calculada y clara, sin ser impertinente.

D: Saluda según su estado de ánimo, a todo el mundo o a nadie. Chilla de una acera a la otra, se lanza al cuello del otro para abrazarlo efusivamente. Saluda a menudo y a mucha gente.

El tiempo libre (vacaciones):

A: Se lanza despreocupada y alegremente a su tiempo libre. Va detrás de la última sensación. Le gusta ir en grupo, correr aventuras, variar, improvisar. Alarga su tiempo libre al máximo y le cuesta un mundo dejarlo.

B: Trabaja en su tiempo libre. Es enemigo de todo lo que sea perder el tiempo. Planifica su tiempo libre y lo ocupa en actividades relacionadas con su estudio o profesión, en todo lo que le ayude a mejorar su posición.

C: Le encanta tener tiempo libre. Lo usa preferentemente para conversar, entretenerse calmadamente. A menudo para disfrutar de una buena comida. Suele hacer largas siestas a la sombra, se queda durmiendo aun cuando el trabajo ya haya comenzado hace rato.

D: Se recoge a gusto en su tiempo libre. Ama el silencio, los lugares apartados, la naturaleza, el arte. No le gustan los sensacionalismos. Piensa, lee, escribe, hace música, arma puzzles. Nunca sobrepasa el tiempo libre.

Escribiendo e-mails:

A: Escribe solo cosas importantes y profundas. Piensa bien lo que quiere escribir. No se contenta con lo escrito, rompe la carta y la empieza de nuevo. Termina la carta y la despacha. Le preocupa saber si escribió realmente lo que debía y si lo hizo correctamente.

B: Escribe poco, pausadamente y con detalles. Sus palabras no son emotivas, pero sí sinceras y correctas. Puede ser que sus cartas nunca lleguen a destino… ¡aún están sobre su escritorio!

C: Comienza a escribir según su estado de ánimo. Interrumpe la frase y comienza con algo nuevo. Sigue escribiendo al día siguiente. Olvida cosas importantes. Escribe entretenidamente. Se acuerda de la carta una semana después de terminarla y la despacha.

D: Escribe solo cuando hay una razón clara y es necesario hacerlo. Calcula lo que escribe y cómo lo escribe. Sus cartas son objetivas, frías, determinantes. Las termina y las despacha.

Ante un obstáculo:

A: No se “arruga”, piensa rápidamente, agarra el obstáculo y lo quita del camino.

Pequeños obstáculos (p. ej. una piedra) los despeja de una patada. Le gusta superar las dificultades.

B: Se siente tentado a saltar sobre el obstáculo o bien rodearlo para seguir su camino.

Procura “sacarle el cuerpo” a las dificultades, no las toma en serio o se mete en “camisa de once varas”.

C: Medita seria y un tanto preocupadamente la situación. Después elimina el obstáculo consciente de su responsabilidad. Le entristecen las dificultades y teme encontrar tarde la solución.

D: El obstáculo le permite hacer una pausa, siempre saludable. Una vez solucionado por sí solo el problema, sigue pausadamente su camino. De ser absolutamente necesario, comienza poco a poco a solucionarlo.

En el tránsito:

A: Se lo toma con calma. Espera tranquilamente hasta que la masa se ponga en movimiento. Entonces se deja empujar por ella. Se siente seguro y protegido de esta forma. No se molesta tampoco cuando se convierte en un obstáculo y todos le recriminan.

B: Va con cara seria, pero abierta; sin sentirse a gusto entre la multitud. Le molesta el ruido de la circulación. Se preocupa de ir a la defensiva y con cuidado para no molestar, no atropellar, no llamar la atención.

C: Reacciona nerviosa e imprudentemente, anda zigzagueando, choca con las personas y está en permanente peligro de acabar encima de algún radiador.

D: Observa fría y señorialmente el tráfico, las luces y la masa. Va con seguridad entre la multitud y, si es necesario, se abre camino a codazos.

En las comidas:

A: Llega puntualmente, comienza sin preámbulos. No se alarga en la sobremesa, vuelve rápidamente a sus ocupaciones.

B: Llega ceremoniosamente a la mesa. Come silenciosamente, concentrado en lo que hace. Come poco. Come también lo que no le gusta. Habla poco. Se retira con gusto a descansar.

C: Llega a cualquier hora. No se rige demasiado por los modales. Juega con los vasos, platos, cubiertos. Come sólo lo que le gusta. Habla y gesticula. Alarga las comidas indefinidamente.

D: Llega demasiado pronto o demasiado tarde. Come tranquilo. Habla pausadamente. Siempre es el último en terminar. A veces da la impresión de que dormir y comer fuesen para él las cosas más importantes.

En la sala de espera de un dentista:

A: Se le ve con gesto preocupado y paciente. Se refugia en el silencio. Lee para aprovechar el tiempo, espera, mira la hora y sufre “heroicamente” este trágico momento.

B: No se excita demasiado, aguanta tranquilo. Puede que llegue incluso a dormitar.

C: Está excitado, comienza a conversar para no pensar en su dolor. Transpira, tirita. Se alborota. Le gusta ser compadecido.

D: Pone cara dura, valiente. No quiere que se le note. Busca alguna distracción práctica.

En un bus:

A: Se abre camino con seguridad, desafiante pero con tacto. Solo habla si es necesario; prefiere que le hablen a él primero.

B: Provoca una conversación amena, de vez en cuando distrayendo a todos los pasajeros. Se sonroja fácilmente, pero está siempre dispuesto a entablar conversación y hacer amistades con desconocidos.

C: Está ocupado pensando en lo que quiere hacer. De entrar en conversación, puede llegar a ser un interlocutor muy agradable, ¡si no se queda dormido!

D: Prefiere sentarse en un rincón. No habla con extraños, pero sí contesta amablemente si es interpelado.

En el trabajo:

A: Nunca se sabe cuándo llega, ya que se distrae o entretiene por el camino. Trabaja irregularmente. De tanto en tanto sueña o silba, conversa, desaparece para buscar comida o bebida. Le cuesta “un mundo” la constancia y la continuidad.

B: Llega puntualmente. Comienza su trabajo con decisión y firmeza. Racionaliza siempre. Presiona a su ambiente hacia un mayor rendimiento. Quiere alcanzar nuevos “records”.

C: Se dirige al trabajo en silencio, concentrado y consciente de su deber. Siempre es puntual. Es responsable y tranquilo en su ocupación. No le gustan los charlatanes o los “histéricos”.

D: Se hace esperar con frecuencia. Con toda tranquilidad… suele quedarse dormido. Tiene un ritmo de trabajo lento y tranquilo, pero es constante y de fiar. Si se deja llevar puede llegar a ser un holgazán de categoría.

La risa:

A: Se ríe solo con motivo. Su risa no es fuerte, prefiere sonreír. Su risa es más bien interior, así como su alegría.

B: Le gusta reírse y lo hace calmadamente. Puede pasar una hora antes de que “capte” la situación y comience a reírse. Lo hace sin llamar la atención, pero de manera contagiosa.

C: Ríe solamente cuando hay un motivo fundado para hacerlo. Entonces lo hace fuerte, de corazón. A veces estrepitosamente, pero nunca muy largo.

D: Es capaz de reírse en cualquier lugar y por cualquier cosa, a veces incluso sin motivo. Recorre todas las octavas, canturrea, se ríe “para adentro”, se contorsiona, aúlla, no puede dejar de reír…

Los gastos:

A: No gasta un centavo en cosas innecesarias. Todo gasto debe ser calculado y provechoso. No es gastador si no cae en fumar, beber o jugar con exceso. En ese caso puede llegar a derrochar todo su dinero.

B: Por naturaleza ahorrador, no gasta nunca impulsivamente. Suele necesitar dinero a menudo, ya que se toma “tiempo libre” con frecuencia. Le salva el que suela tenderse a menudo para descansar un poco…

C: Es incapaz de distribuir su dinero. Lo gasta según sus apetencias o estados de ánimo.Le gusta invitar. Es incapaz de resistir una buena propaganda. Su cuota mensual nunca llega hasta fin de mes.

D: Es el ahorrador por excelencia. Es muy crítico con sus gastos. No se deja seducir fácilmente por la propaganda. Da parte de su dinero a obras sociales o de caridad. Le gusta que sus posesiones sirvan al bien físico y espiritual de los demás.

Al dar la mano:

A: No termina nunca de dar la mano, pero a veces la da solo tímidamente. A menudo golpea en los hombros.

B: Aprieta firme y fuerte al dar la mano.

C: No sabe lo que es dar la mano con efusividad. Su apretón de manos es tranquilo y sincero.

D: Da la mano plenamente convencido de lo que hace. Quiere expresar su cercanía y amistad más profunda.

Hablando:

A: Habla antes de pensar. Habla rápido, exagera, fanfarronea, señala, gesticula con pies y manos. Le gusta ser el centro y llamar la atención. No es duro al hablar; sí sabe galantear y adular.

B: Habla poco, piensa y reflexiona. Cuando habla sus palabras son profundas y con sentido. Habla bajo. Elabora en silencio sus experiencias, compartiéndolas comedidamente. Cuando se siente defraudado o afligido puede hacer duras críticas.

C: Es objetivo y parco al hablar, de voz clara y dominante. Su expresión es clara, decidida, a menudo dura. Piensa antes de hablar. No habla innecesariamente.

D: Normalmente habla poco. Sus palabras son comedidas y bien escogidas. Habla “al grano” sin agobiarse. No hace valoraciones ni da juicios prematuramente. Habla con cierta monotonía. A veces es bueno para conversar.

Cómo ve la vida:

A: Valora la vida según la posición que ocupa y lo que rinde en ella. Su objetivo es vencer en la “lucha” por la vida. La Historia Universal es a sus ojos la historia de la lucha por la vida.

B: Valora la vida según el cobijamiento y la paz que le brinde. Equilibrio y tranquilidad son lo principal. Opina que muchas cosas deberían aceptarse tal y como son. El sentido de la vida es alcanzar el mayor grado de paz interior y exterior.

C: Valora la vida según las alegrías que ésta le depara. Si no encuentra alegría tampoco le encuentra sentido a la vida, ya que este consiste en dar y recibir alegría y felicidad.

D: Juzga la vida de acuerdo a la medida de la culpa y la gracia. La Historia es para él una historia de pecado y conversión. El sentido de la vida es superar el pecado con la virtud y la santidad.

Resultados

Mayoría A: temperamento colérico

Mayoría B: temperamento sanguíneo

Mayoría C: Melancólico

Mayoría D: Flemático


Los tipos de temperamento

El psicólogo Arturo Torres explica cuáles son los tipos de temperamentos que, en la teoría de Hipócrates, existen:

1- Sanguíneo: las principales características de estas personas es la alegría, la extroversión y las ganas de compartir con los demás. Se asocian al elemento aire y se caracterizan por ser volubles y por no terminar los proyectos que empiezan. Están más guiados en su trato con las personas por sus emociones y no por el uso de la lógica.

2- Flemático: las personas con este tipo de temperamento son racionales antes de cualquier cosa. Son personas algo tímidas y reservadas, no hablan de sus emociones con facilidad y prefieren con mucho no ser el centro de atención. Se asocian con el elemento agua.

3- Colérico: son personas emprendedoras aunque algo impulsivas. Defienden con entusiasmo sus ideas y posiciones, así como son buenas en los momentos de conflicto. Eso sí, pueden ser un poco caóticas. Se asocian al elemento fuego.

4- Melancólico: son personas muy sensibles, con un temperamento artístico, pero no impulsivo y con una tendencia al perfeccionismo exagerado. Tienen una alta propensión a la tristeza y siempre dudan sobre iniciar o no un proyecto. Se asocian con el elemento tierra.

Manejar los temperamentos

Cada uno de ellos tiene unas características según la teoría de Hipócrates y es clave conocerlos para poder manejarlos de la mejor manera y así salir bien librado de los conflictos.

La psicóloga María Antonieta Rodríguez explica que en las personas estos tipos de temperamentos con frecuencia se combinan y que una persona puede tener un temperamento predominantemente melancólico -es decir, ser muy sensible y triste-, pero a la vez tener algunos rasgos de un temperamento colérico -tener tendencia a reaccionar con pasión ante un ataque a sus ideas-.

Por su parte, la psicóloga Carolina Dulcey explica que la clave para manejar los tipos de temperamento con la familia, la pareja, los colegas y otras personas es aplicar dos claves fundamentales: la escucha activa y la empatía.

“Si tiene que trabajar con todo tipo de personas es importante estar siempre pendiente de las frases de las personas y hacer preguntas sobre su vida, esa es la escucha activa. Por otro lado, la empatía es dejar el lugar de juicio sobre el temperamento de la persona y hablar sobre los actos que pueden estar afectándole y, de esta manera, hacer a la persona caer en la cuenta de que puede mejorar”, señala Dulcey.

Recuerde que usted también tiene su temperamento, así que la primera persona con la que debe aplicar la escucha activa y la empatía es consigo mismo. Revise lo que hace mal, pero con comprensión y ganas de hacerlo mejor.

Tips para manejar los temperamentos

La psicóloga Carolina Dulcey explica las que podrían ser algunas claves importantes a la hora de manejar los cuatro tipos de temperamentos que define la teoría de Hipócrates.

La experta afirma que la base es la escucha y la empatía para cada uno de ellos, sin embargo, existen unas reacciones asertivas que le permitirán   manejar de forma más específica cada uno de ellos.

1- Para manejar el temperamento sanguíneo una de las claves es evitar la dispersión y mantener el enfoque. “Ya sea un amigo, un jefe o la pareja, las personas con este temperamento cambian de opinión y se distraen con facilidad con lo cual es importante no permitir que lo saquen a uno de la línea de su meta y a su vez mantenerlos a ellos en esta línea”, explica la psicóloga.

2- Para sobrellevar el temperamento flemático una de las claves es hacerles sentir en confianza “para que sientan la naturalidad de hablar acerca de las cosas que les inquietan y sobre las que pocas veces mostrarán sus verdaderas emociones”, indica la psicóloga Carolina Dulcey.

3- Con las personas de temperamento colérico la clave es mantener la calma ya que si se exalta no hará más que encender una pelea que parecerá no tener fin. “Espere que estas personas se calmen y una vez esto haya pasado, se puede conversar de manera efectiva”, señala Dulcey.

4- Para manejar a las personas con tendencia al temperamento melancólico lo mejor es decir las cosas con guantes de seda, pero no caer en su posición de víctimas. “Se les dice con decencia lo que hay que decirles y ahí quedó el tema. Si uno se pone a compadecerlos nunca saldrán de sus pensamientos tristes”, explica la psicóloga.

vanguardia.com


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