En 1755 Arthur Guinness fundó una fábrica de cerveza en Leixlip, en el Condado de Kildare. A finales de 1759 dejó a su hermano a cargo de la fábrica y se trasladó a Dublín. La industria cervecera en Dublín en aquellos momentos atravesaba dificultades, pues la cerveza inglesa se tasaba menos que la producida localmente. Arthur, sin embargo, no se echó atrás, decidido como estaba a comprar una pequeña cervecera en desuso, y mal equipada en St James’s Gate.
Al principio Arthur fabricó cerveza rubia, pero hacia 1770 se comenzó a exportar desde Londres una cerveza fuerte y negra, llamada ‘porter’ que gustaba en Dublín. Arthur decidió fabricar por sí mismo esta nueva cerveza. En el año 1799 Arthur tomó la decisión trascendental de dejar de fabricar cervezas rubias y concentrarse exclusivamente en la ‘porter’. La historia ha demostrado que tomó la decisión adecuada.
A lo largo de su vida, y hasta bien entrados los 70 años, Arthur continuó supervisando su negocio, en el que ya le ayudaban tres de sus hijos. Arthur Guinness falleció en 1803, a los 78 años. Por entonces, la producción anual de cerveza de su empresa era de 20.000 barriles.
La cerveza Guinness es un caso especial, donde una marca de bebida alcohólica hecha por una empresa privada ha llegado a identificar el alma de una nación. Guinness en Irlanda es toda una institución por derecho propio, llegando incluso a simbolizar al pueblo irlandés. En la actualidad y desde el año 1997 Guinness pertenece a la multinacional de bebidas Diageo con sede en Londres, resultante de la fusión de Guinness UDV y Grand Metropolitan plc.
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