Dar una respuesta contundente a una pregunta tan simple puede significar el impulso necesario para que la propia existencia cobre una perspectiva. Sin embargo si aún no tienes una clara respuesta, el concepto de ‘ikigai’ puede venir en tu ayuda.
Ikigai es un término de origen japonés que a pesar de que no tiene una traducción directa , se cree que combina las palabras japonesas:
ikiru, que significa “vivir”
kai, que significa “la realización de lo que uno espera”
Juntas estas definiciones crean el concepto de “una razón para vivir” o propósito en la vida.
Este vocablo originario de Okinawa es usado por los habitantes , quienes viven más de cien años con buena salud y en plenitud,cuando quieren referirse a aquello que hace que la vida valga la pena, lo que nos hace desear despertar cada mañana, el motivo para vivir. Según los japoneses, todos tenemos un ikigai para descubrir, y es el compromiso con su búsqueda lo que llena de satisfacción y sentido nuestra vida.
Alguien que conoce su ikigai está más preparado para sortear las vicisitudes de la vida.
La psiquiatra Mieko Kamiya explica en su libro ‘Ikigai-ni-tsuite’ (sobre el ‘ikigai’), la obra considerada como la biblia del ‘ikigai’, que este término tiene semejanzas con la felicidad, si bien posee una sutil diferencia: se trata de aquello que nos permite mirar hacia el futuro, incluso ante un presente miserable y aciago.
Cómo encontrar tu ‘ikigai’
Para encontrar esta razón o propósito, los expertos recomiendan comenzar con cuatro preguntas:
- Qué es lo que amas?
- Qué sabes hacer bien?
- Qué crees que el mundo necesita de ti?
- Por qué deberías recibir un salario?
Encontrar las respuestas y un equilibrio entre estas cuatro áreas podría ser una ruta hacia ikigai.
Comienza analizando lo que tienes delante, el ‘ikigai’ no es nada sublime ni extraordinario, sino algo muy obvio.
Recuerda siempre por qué ese algo especial es tan importante.
Reflexiona acerca de por qué haces lo que haces.
Quizás odias a tu jefe y a tu trabajo, pero al llegar a casa tienes una familia maravillosa que explica todo ese esfuerzo y sacrificio.
Tómate tu tiempo para decidir.
Es importante encontrar una pareja, un empleo o unas amistades que conecten contigo. No es una tarea fácil y no se consigue tampoco en unos pocos días.
No seas egoísta en la persecución de tu ‘ikigai’.
Puedes tener muchas aventuras fuera de la relación con tu pareja, pero quizás con estas actitudes estás destruyendo todo aquello que te rodea.
El ‘ikigai’ es siempre frágil.
Puede ser que ames a tu pareja con locura, pero puede ocurrir también que por mil motivos mañana no esté ahí. Todos pueden verse afectados por la desgracia y tú no eres más especial que nadie.
Revisa tu ‘ikigai’ de vez en cuando.
Lo que es fundamental para ti con 20 años puede no serlo con 40.
Conocer y tener claro tu ‘ikigai’ no es, sin embargo, suficiente. Dan Buettner en su libro ‘Blue Zones’ recalca tras estudiar las costumbres de zonas particularmente longevas y felices del planeta) su conclusión es clara: “El ikigai es propósito en acción”.
No quiere decir que trabajar duro y más horas sean principios claves de la filosofía ikigai, sino sentir que tu trabajo hace una diferencia en la vida de la gente. Eso se aplica a la vida en general, utilizando gestos pequeños: si quieres luchar contra el hambre en el mundo, puedes comenzar ayudando, a un centro de voluntarios local.
La motivación y el significado de la vida, son factores determinantes en la productividad de las personas, puesto que comprenden un estado creativo y activo que relaciona emociones.
A partir de esto se puede inferir que aquellos que viven plenamente a través de la intersección de todos los componentes del Ikagai, tienen una esperanza de vida mayor sin ser esto un producto directo de la industria farmaceutica.
Así que es momento de replantearnos la pregunta de si es que lo que hacemos hoy es nuestra razón para vivir.
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