“Los niños y las mujeres primero” es, según dice la ley del mar, cómo hay que actuar ante una catástrofe. Sin embargo, a pesar de los hechos acontecidos en la historia de la humanidad, sobre todo en casos recientes, se ha demostrado lo contrario.
Es un acto de buena intención o sólo un decir?
Los primeros que deben abandonar un barco para ser rescatados son las mujeres y los niños cuando ocurre un siniestro en el mar por norma general, aunque no esté escrita. En otras palabras, la expresión “las mujeres y los niños primero” surge en el hundimiento del HMS Birkenhead, un buque de la Royal Navy Británica construido en 1845.
Este hecho data de la madrugada del 26 de febrero de 1852, cuando el barco colisionó contra unas rocas en las costas de Sudáfrica. En él se encontraban 490 soldados, 25 mujeres, 31 niños y los 134 componentes de la tripulación y el teniente al mando de la embarcación, Alexander Seton, quien ordenó que los primeros que deberían abandonar el barco y ocupar los únicos dos botes salvavidas eran las mujeres y los niños.
No obstante, esta expresión se hizo más famosa en el naufragio del Titanic en 1912. Siguieron la orden explícita y, como consecuencia, la supervivencia de mujeres y niños fue mucho mayor. Sobrevivieron el 70% de las mujeres, el 20% de los hombres y el 50% de los niños (debido a las bajas temperaturas). Además, cuenta la leyenda que el capitán Smith amenazaba con una pistola a todos los hombres que no querían dejar su asiento a una mujer.
Por otro lado, el trágico incidente del Costa Concordia en la costa de la isla Giglio mostró lo contrario, el capitán se encuentra en arresto domiciliario al saltar y abandonar primero el barco según la ley del “sálvese quien pueda”. Igualmente, la Organización Marítima Internacional, dependiente de la ONU, estableció que el capitán debe dar la orden y organizar la evacuación pero, especialmente, debe ser el último en quedarse en el barco. Francesco Schettino, el capitán del barco, ni dio la voz de alarma ni permaneció hasta el final, la tripulación tuvo que ocupar su lugar. Todo fue un descontrol y no tuvieron en cuenta “las mujeres y niños primero” ni dejaron pasar de primeras a los ancianos y personas discapacitadas que tenían escasa movilidad.
Finalmente, todos los estudios demuestran que “las mujeres y los niños primero” es sólo un mito, en verdad los que más posibilidades tienen de sobrevivir son los miembros de la tripulación y los capitanes, después los hombres, seguido de las mujeres y niños. Sucedió sólo lo contrario en casos puntuales como el Titanic.
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