Es uno de los gestos más característicos en los adolescentes: elevar los ojos y ponerlos en blanco cuando un adulto dice o sugiere algo que no les gusta.
Pero ¿qué significa este gesto? ¿Cuál es su finalidad última?
El gesto del que hablamos tiene que ver con conectar con otra parte de la experiencia, es prácticamente universal y se da en todas las culturas. Así lo resume el psicólogo y psicoterapeuta Víctor Amat. Para este experto “hay ciertos movimientos oculares que desconectan el cerebro y lo conectan con otras cosas” y perder el contacto visual permite a la persona que lo hace entrar en diálogo interno y “engancharse” con su discurso personal. Seguir a su rollo, en jerga adolescente.
El psicólogo y grafólogo mexicano Roberto Espinosa Villagran, que además es experto en lenguaje no verbal, recuerda que el 55% de la comunicación no verbal es facial y explica que los llamados accesos oculares que estudia la neurolingüística permiten leer las miradas de la gente. En este sentido señala que voltear los ojos hacia arriba tiene varias interpretaciones como mostrar hastío, apatía o indiferencia. Pero en este característico gesto de ojos en blanco, el grafólogo no ve tanto una desconexión como un acto de “rebeldía, desafío o desprecio”.
Para Espinosa los llamados millenials son una generación muy informada y tienden a “desconectarse” pero más que nada con la intención de “desafiar”. No obstante, recuerda que ante una ‘amenaza’ el cerebro reacciona diferente en función de la personalidad. Por ello hay que esperar reacciones muy dispares en función del adolescente que tengamos delante y sus circunstancias.
Busca respuesta
Existe consenso en considerar que con la actitud de poner los ojos en blanco el adolescente lo que pretende es dejar claro que “no le interesa ese comentario”, prosigue Amat. Y con este gesto consiguen hacerlo de una manera “provocativa”. Lo que sucede, además, es que en muchos casos la información que provoca los ojos en blanco ya es conocida por el adolescente, algo que aumenta el enfado del joven. Por ello, para el psicólogo especializado en adolescentes Andrés González a la hora de abordar la situación es más productivo centrarse en cómo conseguir que el joven haga una determinada tarea más que en recordarle que lo debe hacer.
La poca empatía ayuda
Para el psicoterapeuta Víctor Amat, este gesto forma parte de una conexión cortical que puede hacer todo el mundo pero que los adultos no nos “autorizamos” a hacer porque es un gesto muy poco empático hacia el interlocutor. Sin embargo, explica el psicoterapeuta, la adolescencia es un momento de ser “poco empático e incluso desagradable” y en muchos casos se trata de comportamientos no verbales que se aumentan para evidenciar rechazo. Así, los adultos también usamos esta desconexión, pero de una manera más disimulada por ejemplo manteniendo la mirada fija mientras pensamos en nuestras cosas. La edad, la socialización y los aprendizajes nos enseñan a dejar de tener reacciones como ésta y camuflarlas en otras menos agresivas.
El grafólogo Roberto Espinosa detalla los significados de los padrones oculares que estudia la Programación Neurolingüística.
- Sistema de procesamiento visual: En la mayoría de los casos, cuando una persona mira hacia la parte superior derecha, está construyendo una imagen. En cambio, mirar hacia la parte superior izquierda demuestra que está recordando una imagen.
- Sistema de procesamiento auditivo: Cuando una persona recuerda sonidos mira hacia la izquierda, en cambio cuando los construye mira hacia la derecha.
- Sistema de procesamiento Cinestésico: Mirar hacia la parte inferior derecha significa que una persona está teniendo acceso a sus sentimientos. Así, cuando una persona esta triste tiende a bajar la mirada.
- Sistema de procesamiento auditivo-digital: Cuando miramos hacia la parte inferior izquierda estamos hablando con nosotros mismos.
lavanguardia.com
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