Las mantis religiosas no son sordas, pero son los únicos animales conocidos que oyen a través de un único canal. Esto es, podría decirse que, en esencia, solo tienen un oído. Los responsables del descubrimiento fueron los neurólogos estadounidenses David Yager y Ronald Hoy, de las universidades de Maryland y Cornell, respectivamente, que describieron sus hallazgos en la revista Science en la década de los 80. En su artículo apuntaban que la sensibilidad máxima de su sistema auditivo se produce a frecuencias de entre 25 y 45 kilohercios. Su límite se hallaría entre los 55 y 60 decibelios, una capacidad similar a la que presentan las polillas y los grillos.
Además, su oído no se localiza en la cabeza, sino en el tórax. Está compuesto por una cavidad auditiva con paredes complejas que contienen los órganos timpánicos; la membrana que constituye el tímpano recubre varios sacos aéreos cerrados formando una especie de tambores. Cuando las vibraciones golpean la superficie de estas bolsas, las células sensoriales dispuestas a su alrededor captan los estímulos y los transmiten al sistema nervioso.
Yager y Hoy también comprobaron que las mantis reaccionan rápidamente a los pulsos de ultrasonidos e incluso cambian su trayectoria de vuelo por su causa. Esta habilidad les permite escapar de los murciélagos insectívoros.
MUY INTERESANTE
0 comentarios:
Publicar un comentario