A pesar de la popularidad de aparatos como los teléfonos inteligentes equipados con agendas de última tecnología, el tradicional almanaque sigue siendo un preferido en las casas.
Así es que muchas personas eligen comprar agendas personalizadas, con temas espirituales, de mercado, de turismo, paisajes...
Otros compran calendarios con animales, deportes, personalidades de la música o la televisión.
Aproximadamente 25% de los consumidores eligen animales como tema de sus calendarios, un 7% tienen que ver con fútbol y aproximadamente el 27% están relacionado con la industria del entretenimiento.
Señalan que si bien los calendarios dedicados a celebridades se encuentran ahora por todas partes, antes de 1977 eran prácticamente desconocidos.
Cuando las e-tarjetas salieron todos dijeron que sería la muerte del negocio de tarjetas de regalo. Sin embargo la gente prefiere tener algo físico.
Muchas veces es una forma útil de organizar una familia cuando no todo el mundo está en el calendario de Google.
Incluso quienes están más al día con los avances digitales siguen colgando calendarios en las casas por su función decorativa y porque son un reflejo de los gustos y personalidad del dueño, que no se pueden suplantar con lo ofrecido por otras alternativas.
Es más barato que colgar un monitor.
Si bien, la parte ornamental y práctica puede explicar hasta cierto punto la popularidad de los calendarios, se destacan las evidencias de que son, a cierto nivel, expresiones milenarias de instinto humano.
El doctor Paul Glennie, profesor de geografía en le Universidad de Bristol y co autor del libro Organizando el Día: una historia de la puntualidad en Inglaterra (Shaping the Day: A History of Time-keeping in England), apuntó que entre algunas de las más tempranas reliquas de la civilización humana estarían los calendarios primitivos grabados sobre huesos.
Según Glennie, las sociedades sumerias, mayas, griegas y romanas tenían sus propios calendarios, expresiones de su patrones de trabajo, días santos y cultura. La invención de la imprenta permitió que los almanaques, que contenía informacion acerca de las mareas, pronósticos del tiempo y festivales religiosos adquirieran mucha popularidad.
El calendario es una forma muy flexible de personalizar algo muy estándar.
Fuente: BBC
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