Todos buscamos una chispa que 'encienda' nuestras ganas de hacer esas cosas que a veces nos dan tanta pereza.
Estar o no motivados es fundamental en el resultado que obtendremos en diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana:
Motivación laboral: existe una alta relación ente motivación y productividad.
Herzberg propone que para que exista motivación laboral se deben conjugar “factores higiénicos” (relación con el supervisor, condiciones de trabajo, sueldos, relación con los compañeros, relación con los subordinados, estatus y seguridad) que evitan la insatisfacción laboral y “factores motivadores” (logro, reconocimiento, interés, responsabilidad) que aumentan la satisfacción y la productividad.
La falta de motivación en el trabajo se encuentra entre las causas más comunes de síndromes como el burnout o síndrome del desgaste profesional u ocupacional.
Motivación escolar: en el colegio la motivación es un aspecto clave para facilitar el aprendizaje. Para obtener buenos resultados académicos el alumno debe poseer motivación y habilidad. La motivación influirá en las intenciones, metas, percepciones y creencias del alumno. En su motivación influirán por un lado factores externos (profesor, compañeros y características de la tarea) y personales (conocimientos, destrezas, auto-conceptos, metas, etcétera). Todo ello influirá también en la motivación para estudiar del alumno.
Motivación deportiva: en el deporte la motivación guarda una estrecha relación con el rendimiento y las expectativas. En ella influye enormemente la percepción de autocontrol de la situación basada en la interpretación de los éxitos y fracasos pasados (ha dependido de mí vs. dependen de los otros).
Cuando un deportista siente que haga lo que haga los resultados serán independientes de su conducta, su nivel de motivación y, por consecuente el de su rendimiento, descienden.
Factores que influyen en nuestro nivel de motivación
La motivación es resultado de la interacción de diversos factores, que influirán en nuestras ganas según el área específica de la que estemos hablando (laboral, escolar…). Sin embargo, algunos factores aparecen en todas ellas.
Entre los más importantes encontramos:
La valencia: valor que ponemos a los posibles resultados de nuestras acciones. A mayor valor, mayor motivación.
La expectativa: la creencia sobre la posibilidad de ver cumplidas nuestras metas. En ella influyen nuestras creencias sobre la capacidad de control sobre la meta.
El tiempo transcurrido hasta obtener una recompensa: cuanto antes la obtengamos, mayor motivación.
El reconocimiento interno/externo de nuestro comportamiento: el reconocimiento interno (motivación intrínseca) es el más potente. Cuando este falta o para acompañarlo no nos viene nada mal una pequeña dosis de motivación extrínseca.
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