El día 16 de julio se recuerda y celebra la festividad de Nuestra Señora del Carmen. Una devoción querida por todo el mundo.
En España son muchísimos los lugares costeros que este día celebran su día grande (Cádiz, Chiclana de la Frontera, El Puerto de Santa María, Los Realejos, Malaga, Marbella, Rota, San Fernando, Santander ó Santurce, entre ellos).
En Argentina la Virgen es venerada en numerosas ciudades a lo largo del país, incluyéndose como patrona del Ejército de los Andes, fundado por el General San Martín.
En Bolivia, el Papa Pio IX la proclamó “Patrona de Bolivia” y fue proclamada “Generala y Patrona de las Fuerzas Armadas de la Nación”.
En Chile, los agustinos trasladarían la primera imagen. Durante el proceso de emancipación, la figura fue instaurada como la “Patrona de Chile”. “Patrona del Ejército de los Andes” o “Patrona y Generala de las Armas Chilenas” son otros de sus nombres reconocidos.
En Costa Rica, todo el país acude a Puntarenas para darle gracias tras el salvamento de los tripulantes del Galileo. En Colombia los transportadores la adoptaron como su patrona por la protección e intercesión que se le atribuye a la Virgen del Carmen en situaciones de peligro. En Ecuador, Guatemala, México o Venezuela es también muy venerada por todos.
La primera interpretación de la Virgen del Carmen se encuentra en el Antiguo Testamento.
Los Carmelitas interpretan la nube de la visión de Elías (1 Reyes18,44) como un símbolo de la Virgen Inmaculada y ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
Lo explicaba Benedicto XVI, el 15 de julio de 2006:
“El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas.
El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero.
Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).
Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios.
María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios.
Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor“.
La Virgen del Carmen, estrella del Mar
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano.
De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar.
Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
La Virgen del Carmen acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. Poco a poco, a estos religiosos se les fue conociendo por su devoción a la Madre de Dios y esta devoción carmelitana se fue haciendo famosa por toda Europa.
En la Virgen, ven el cumplimiento ideal de Elías e incluso se llamaron: “Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo”.
Escapulario de la Virgen del Carmen
Uno de los símbolos del amor hacia la Virgen del Carmen, lo encontramos en el Escapulario carmelita.
Desde el siglo XVI casi todos los Papas lo han vestido y propagado. El papa Juan Pablo II, que es terciario carmelita, recordó en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.
La Iglesia, como reconocimiento y estímulo de las más importantes verdades y prácticas cristianas, instituye las fiestas litúrgicas y ese es el valor que tiene la fiesta de la Virgen del Carmen, el 16 de julio, extendida por Benedicto XIII a toda la Iglesia universal.
Además a la Virgen del Carmen la veneran como Patrona de pescadores, marineros y toda la gente del mar; también la república de Chile bajo su advocación de Nuestra Señora del Carmen de Maipú.
Hablábamos de la Virgen del Carmen como patrona de los marineros, una bella analogía con la vida de todos los cristianos, puesto que le Virgen María, como estrella de mar nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella.
Fue entregado al General de la Orden del Carmen, san Simón Stock, según la tradición, el 16 de julio de 1.251.
Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa.
Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los más importantes sacramentales marianos.
La Virgen del Carmen y el escapulario es hoy uno de los máximos exponentes de la religiosidad popular, no sólo en Andalucía, España o Iberoamérica sino en el resto del mundo.
Significados del Escapulario:
El escapulario tiene 3 significados:
1) El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.
2) Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.
3) El suave yugo de Cristo: “Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”. (Mt 11:29-30). El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.
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