Sí, la vida es dura. Incluso si está en una playa paradisíaca es seguro que esa felicidad durará un momento y luego tendrá que regresar a sus preocupaciones... o hay algo que se está guardando y es eso lo que no le permite ser feliz.
Una investigación de la Universidad de Georgia, Estados Unidos, encontró que si usted mismo busca la forma de reír se sentirá mejor aun si está bajo mucho estrés.
Una de las mejores sensaciones del mundo es la risa profunda, esa que sale desde el vientre: una sonora carcajada.
Tan beneficioso es reírse que puede unir a las personas y establecer conexiones increíbles con otros seres humanos... y hasta con animales.
Como si fuera poco, al reírse fortalece sus abdominales y mejora el funcionamiento de su sistema inmunológico, además, de que secreta serotonina y aunque las cosas se pongan difíciles, las verá de una forma menos trágica.
Nadie lo culpará si ya está cansado de ese par de colegas que siempre están riendo y hablando de cosas que, francamente, solo a ellos les podría interesar. Pero la ciencia les da la razón a ellos: usted también podría reírse -así sea de ese par- porque un estudio realizado por la University de Maryland, en Baltimore, Estados Unidos, encontró que la risa es uno de los desencadenantes más efectivos de las endorfinas, las hormonas de la alegría.
Las endorfinas dan al cuerpo una especie de ráfagas repentinas de energía y un deseo de perseverar en una tarea, incluso si está muy incómodo.
En general, la risa ofrece muchos beneficios, a continuación, la ciencia le explica cuáles:
Lo hace más sociable: la risa es contagiosa. Y eso es bueno. Un estudio conjunto de las universidades de Oxford y Aalto, Finlandia, encontró que la difusión de la liberación de endorfinas a través de grupos promueve una sensación de unión y seguridad.
Cada cerebro es un transmisor de esos sentimientos, lo que desencadena esas mismas sensaciones en otros cerebros a través de la risa. Es como un juego de dominó de endorfinas.
Favorece la conexión de las neuronas: una risa sincera y franca -no un sarcasmo o ironía malévola, pero sí un fino “humor negro”- hará que su cerebro sea más creativo en cualquier área en la que se desempeñe.
Lo que todo esto significa es que la risa fomenta la conectividad rigurosa de la región cerebral que se activa cuando escuchamos una carcajada, mientras nuestros cerebros trabajan para descifrar qué tipo de comunicación está llegando.
La risa es clave para las relaciones de pareja: un estudio publicado en la revista internacional American Scientist demostró que las mujeres son capaces de reir más que los hombres, pero ellos parecen instigar más la risa con lo cual, si una pareja tiene un sentido del humor compatible, entonces tendrá éxito en su relación.
La coach Camila Díaz explica que “las mujeres califican el sentido del humor como un rasgo principal a la hora de escoger a una pareja.
No es de extrañar, entonces, que las parejas que se ríen juntas informen tener relaciones de mayor calidad.
El centro asiático ‘Korean Society of Nursing Science’ realizó una investigación que buscaba determinar cuál era el impacto de la risa en los pacientes que padecían depresión crónica. Los resultados fueron asombrosos: en varios de ellos, reírse fue mucho más efectivo que los antidepresivos recetados para salir de la enfermedad.
“La risa libera serotonina, el mismo químico cerebral que buscan activar los antidepresivos. Los estudios no hacen claridad sobre cuánto tiempo permanece este efecto en las personas, pero el estallido de la actividad cerebral que provoca la risa es indudablemente potente, al menos durante cortos periodos de tiempo”, explica la psicóloga Carolina Dulcey.
Protege su corazón: un estudio del Centro Médico de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, halló que la risa tiene un efecto antiinflamatorio y protege los vasos sanguíneos y los músculos del corazón de los efectos dañinos de las enfermedades cardiovasculares.
No se comprende del todo cómo sucede esto, pero parece estar relacionado con una mejor respuesta al estrés del cuerpo. “Cuando nos estresamos nuestros músculos se inflaman, incluido el corazón. Entonces, al reírnos, ese estrés se libera y existe una menor reacción inflamatoria ante tanto trabajo”, explica el cardiólogo Luis Hernández.
Antonina Canal, experta en empoderamiento y autora del libro ‘Sí puedo y es fácil’ señala que muchas veces creemos que al perder algo o a alguien estamos destinados a sufrir ya que no podemos volver a recuperarlo.
Sin embargo, lo que en realidad ocurre con este tipo de situaciones es que ganamos algo mejor, algo que nos beneficiará y que nos permitirá conocer facetas de nosotros mismos hasta ese momento desconocidas”.
“La gente se cansa de las víctimas, la gente realmente poderosa no soporta a quienes no luchan y viven en la queja y el drama. Así he visto cómo muchos matrimonios se acaban porque uno de los dos asume el papel de víctima, o cómo algunos se enferman luego de haber programado su mente para ser las víctimas de cualquier situación”, señala Canal.
Además, la experta ofrece algunas preguntas guía para saber si ese rictus que lo tiene lleno de arrugas de tristeza se debe a que tal vez esté haciendo demasiado énfasis en sus pesares:
Repita el decreto: “sí puedo y es fácil transformar el drama en mi vida, dejar de asumir el papel de víctima. Comprendo que soy responsable de mi realidad y que dentro de mí está el poder de transformarla, todo el poder está dentro de mí”.
vanguardia.com
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