El cuarzo es un mineral muy común. De hecho, es el segundo mineral más común en la corteza terrestre. Está compuesto de sílice y se distingue de otros minerales por su dureza y resistencia. Además, el cuarzo es uno de los regalos de la tierra para el ser humano, pues son de gran ayuda en la evolución espiritual.
Los cuarzos suelen emplearse dentro de las terapias alternativas para restablecer el equilibrio del cuerpo físico, mental y emocional de las personas. Estos cristales re- alinean la energía y disuelven las alteraciones y bloqueos. Por eso los cuarzos suelen estar presentes en los centros de meditación o en las casas diseñadas para retiros espirituales.
Cada cuarzo tiene una función particular.
Por ejemplo, la turmalina puede limpiar el espacio que nos rodea de la contaminación, la cornalina trae protección y buena fortuna y el lapislázuli desbloquea las emociones y deja libre la intuición.
Cómo funcionan los cuarzos?
Los cristales tienen la capacidad de detectar nuestras frecuencias energéticas y alinearlas. Esto coloca a las vibraciones positivas por encima de las negativas, y así el trabajo de sanación se centra en curar el aura, equilibrar los centros energéticos y fomentar el amor. Por eso es importante identificar qué tipo de cuarzo y en qué parte del cuerpo debe colocarse de acuerdo con la intención particular de la persona que los utiliza en su proceso de sanación.
Se cree que los cuarzos son tan poderosos en la sanación de las personas porque se conforman de los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire, los cuales participan en su creación.
Es al entrar en contacto estos elementos con las personas que la energía se alinea y purifica, pues tanto los cuarzos como las personas nos conformamos por frecuencias energéticas en constante cambio. A la par, estas frecuencias de energía también determinan nuestros pensamientos y formas de actuar, así que, qué mejor que aprovechar el contacto con vibraciones armónicas para alinear nuestra propia energía y evolucionar?
0 comentarios:
Publicar un comentario